El Museo Nacional, eje cultural bosnio, cumple 130 años entre deudas y trabas

Con una financiación deficiente, enormes deudas y su gestión atrapada en una maraña burocrática, el Museo Nacional de Sarajevo, la institución cultural y científica más antigua de Bosnia-Herzegovina, celebra este mes su 130 aniversario.

“No pertenecemos a nadie, no estamos en el presupuesto de nadie, y por eso tenemos muchos problemas en nuestro funcionamiento diario”, declara a Efe el director del museo, Mirsad Sijaric.

“Todos nuestros planes están puestos sobre cimientos inestables y su ejecución queda siempre en entredicho, porque la financiación es incierta e irregular”, denuncia.

Sijaric recuerda que entre octubre de 2012 y septiembre de 2015, cuando el museo estuvo cerrado debido a esos problemas, los empleados no cobraron sus salarios, pese a que la mayoría continuó acudiendo a trabajar, evitando así que el edificio y su contenido se deteriorara.

El pago de los sueldos atrasados y el mantenimiento del museo ha provocado que se acumule una deuda de un millón de euros (1,2 millones de dólares), una cantidad enorme si se considera que la institución solo recibe 490.000 euros (605.000 dólares) de ayudas públicas al año.

“En los últimos dos años la deuda se ha reducido a la mitad. Sin embargo, existe todavía y es el mayor obstáculo en el desarrollo del Museo Nacional”, lamenta su director.

Debido a los permanentes desacuerdos políticos internos, el país no ha decidido todavía, 23 años después de la guerra civil (1992-1995), a qué administración pertenecen las siete principales instituciones culturales del país.

La legislación bosnia establece que las competencias de Cultura pertenecen a los dos entes autónomos, el serbio y el común de musulmanes y croatas, en los que se divide el país. En este último, la gestión cultural la comparten también los diez Gobiernos cantonales, entre ellos el de Sarajevo.

Así, el museo recibe al año 250.000 euros (308.000 dólares) del Gobierno central, 140.000 (172.000) del ente musulmano-croata y otros 100.000 (123.000) de Sarajevo. Menos de medio millón de euros, ni siquiera la mitad de lo que la institución necesita para funcionar.

Para hacerlo, el museo depende de donaciones, la venta de entradas y diferentes proyectos.

La falta de personal ejemplifica bien esa falta de recursos. De los 128 empleados que debería tener, según la planificación oficial, solo trabajan actualmente 46.

Pese a todos estos obstáculos, el personal está determinado a luchar contra los problemas para preservar el patrimonio heredado.

“Es una gran responsabilidad”, afirma Sijaric.

El Museo Nacional fue fundado el 1 de febrero de 1888, diez años después de que Austria-Hungría asumiera la administración en Bosnia tras la retirada del Imperio Otomano.

El actual edificio fue construido en 1909.

El museo ha tenido un gran impacto en el desarrollo cultural bosnio y fue el germen de otras instituciones, como el Instituto Oriental, el Instituto Balcanológico o la Galería del Arte.

Una señal de su importancia es el hecho de que acogió la primera sesión de la Presidencia bosnia tras la firma del Acuerdo de Paz de Dayton, que puso fin a la guerra en 1995.

Con motivo del aniversario, se ha restaurado la habitación en la que se expone el “Hagadá de Sarajevo”, un valioso códice ilustrado que llevaron a Bosnia los judíos expulsados de España a finales del siglo XV.

Gracias a la mejora de las condiciones de climatización, el libro podrá ser contemplado ahora de forma permanente y no las cuatro veces al año que se exponía hasta ahora para preservarlo.

También se exhibirán de forma permanente los fragmentos del manto del rey bosnio Tvrtko I Kotromanic (1377-1391), de terciopelo sedoso con bordado en hilos de oro, que también necesita condiciones especiales.

Por primera vez después de 70 años, se exhibieron con motivo del aniversario tres valiosas alfombras persas del año 1637, elaboradas por el maestro Ustaz Mumin ibn Qutuba al-Din Mahani, adquiridas para el museo bosnio a finales del siglo XIX.

El museo guarda, entre otros tesoros, el barco prehistórico más grande de Europa y una de las mayores colecciones entomológicas del mundo.