Nieves García Bautista reivindica la novela romántica, que no “rosa”

Sus novelas, cuatro hasta ahora, dos de ellas publicadas en papel, son románticas porque cuentan historias de amor, aunque Nieves García Bautista huye de etiquetas y prefiere hablar de “relaciones personales”, como ocurre en “La mensajera de los sueños imposibles”, recién llegada a las librerías.

“El amor es una parte importante de las relaciones personales, pero no la única. La amistad, al fin y al cabo, es también otro tipo de amor”, asegura, en una entrevista con Efe, esta escritora (Madrid 1977) que llegó a la literatura desde el periodismo.

Un camino que tuvo que recorrer un poco por obligación, tras quedarse en paro después de una década de ejercer el periodismo en prensa, radio y televisión. Un oficio que también le permitía contar historias, que es al fin y al cabo lo que a ella le gusta.

Nieves García Bautista confía en que este camino sea de ida y vuelta, y que en un futuro próximo pueda volver a pisar una redacción. “Quiero ser una periodista que escribe novelas, aunque, la verdad, para trabajar diez horas por 450 euros, prefiero quedarme en casa”.

A vueltas sobre si es o no una escritora de novela romántica, García Bautista asegura que le molesta “un poco la (mala) fama” que tiene el género. “¿Qué es? ¿Aquella en la que chico conoce a chica, chico y chica tienen problemas, chico y chica se enfadan, chico y chica se reconcilian y chico y chica son felices?. ¿O es simplemente aquella que cuenta una historia de amor?”.

“Por novela romántica -continúa- la gente entiende lo primero. Un molde del que apenas te puedes salir un poquito. Lo que yo hago encaja mejor en la segunda definición. Me molesta que, como ocurre con la novela negra, se le considere un género de segunda clase. Que me etiqueten como quieran. Me da igual. Escribo lo que me gusta y punto”.

Una historia de amor apasionado es precisamente lo que vive Marie, una joven tan inteligente como sensible, en “La mensajera de los sueños imposibles” (Suma de Letras), en cuyas páginas el lector encontrará un amplio catálogo de otras muchas pasiones humanas, como el rencor, el odio o el desamor.

Una localidad imaginada en el sur de Francia, Belsange, “un pueblo de cotillas, ignorantes, vanidosos, aburridos, serviles, hipócritas y veleidosos”, sirve de escenario a la historia de amor entre Marie y Olivier, rico de familia, cuya vida, como la de su hermana Lana, quedó marcada para siempre a raíz de la trágica muerte de una madre infeliz y atormentada.

La novela es una historia de ficción escrita por alguien que asegura no posee mucha imaginación. “Sí, me falta imaginación. La base de las historias que escribo son noticias reales que leo en los periódicos o que conozco por la radio o la televisión. Cojo una cosa de aquí, otra de allá....y al final lo junto todo”, comenta Nieves García Bautista, cuyas novelas acaban “encajando” como las piezas de un puzzle.

“La mensajera de los sueños imposibles” ha tenido el mismo recorrido que la primera de sus novelas, “El amor huele a café”, ya que primero fueron autopublicadas en Amazon y posteriormente en papel, al despertar el interés de la editorial Suma de Letras.

“La autopublicación -insiste- es la única forma que muchos escritores tenemos hoy de acceder a una editorial, de llamar su atención”.

Lectora de “un poco de todo”, aunque sus gustos se decanten por los clásicos, por los autores franceses y por la premio Nobel Alice Munro, García Bautista tiene muy claro que escribe, “sobre todo”, para entretener a sus lectores. “Creo -dice- que el objetivo verdadero de la literatura es el entretenimiento. Al menos, yo lo veo así”.

“Es más -recalca- yo creo que las principales obras de la literatura se concibieron para entretener. Que luego uno quiera además perseguir otros objetivos, pues perfecto, pero si algo debe hacer la literatura es entretener”.

Después de esta novela, Nieves García, escritora prolífica, hecho al que resta importancia, ha concluido otras dos novelas: “El amor sabe a chocolate”, seguida por “Y entonces tu”. Otras dos historias de amor que, autopublicadas también, esperan a que una editorial las lleve a la imprenta.

Una quinta ronda ya la mente de esta periodista y escritora que tiene muy claro que una novela romántica, género que reivindica y en el que incluye clásicos como “Fortunata y Jacinta”, “La Regenta” o “Anna Karenina”, entre otros muchos, “no es una novelita rosa que te venden en una tienda de playa”.