Paco de Lucía y el dolor que dejó su muerte marcan la nueva obra de Cañizares

El guitarrista flamenco Juan Manuel Cañizares ha preparado durante casi tres años el concierto “Al-Andalus”, un recital en el que todas las composiciones están marcadas por la trágica pérdida de su maestro, Paco de Lucía, y que estrena mañana junto a la Orquesta Nacional de España.

Este homenaje a Paco de Lucía compuesto para guitarra flamenca y orquesta, que interpretarán en el Auditorio Nacional de Música también el sábado y el domingo, es fruto de un trabajo presidido por el “espíritu” y “aura” del que fue su “gran maestro”, explica a Efe Cañizares.

El proyecto ha supuesto “un reto” para el artista, que precisa que “Al-Andalus” es “un concierto con características flamencas” pero no “íntegramente flamenco”, debido a que “no es posible” que 60 músicos se comuniquen en el escenario de la misma manera que lo harían cuatro o cinco.

“Estamos tan distanciados en el escenario que es muy difícil sacar el calor íntimo que sacamos cuando nos juntamos cuatro a interpretar flamenco. Esta distancia impide que se hagan complejidades rítmicas como contratiempos”, explica el guitarrista.

La obra, que dura cerca de veinte minutos, está compuesta por tres movimientos, en los que se perciben aires de bulería, tientos, y tanguillos, y una cadencia que tocará Cañizares, unido, “como cada nota del concierto”, por la “trágica pérdida” del algecireño (1947-2014).

El segundo movimiento es especial porque es un “último adiós a Paco” que describe el entierro del flamenco y el sentimiento de dolor que sintió Cañizares, algo que cree haber reflejado “muy bien” en el plano musical.

“Acompañé el féretro hasta la iglesia, era un día triste y llovía. Al salir del funeral el sol nos iluminaba el camino. Seguíamos con el ataúd pero era como si Paco, mi Paco, nos estuviera diciendo que la vida seguía”, recuerda.

Cañizares compartió 10 años de música y vida con el artista, del que llegó a admirar más su faceta personal que profesional por lo “noble y bueno” que era y los consejos que le dio.

El guitarrista estará acompañado una vez más por el director y “amigo” Josep Pons, con el que es “feliz” porque es un músico “muy rítmico” que sabe hacer que la música fluya y siempre tiene las cosas “muy claras”, algo que le reporta “alegría” y “seguridad”.

“Va a ser una noche mágica en el Auditorio. Lo estamos pasando muy bien y cuando esto pasa es muy buena señal”, añade el guitarrista, satisfecho con el resultado de los ensayos.

La obra de Cañizares irá precedida por la breve “Pavana” de Gabriel Fauré, escrita en un principio para piano pero que ahora se interpreta en versión orquestal, y seguida por la “Carmen Suite” de Rodin Schedrin, una revisión de la ópera de Bizet con nuevos “colores” instrumentales y abundante percusión que pondrá el broche final a la velada.