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Patricio Guzmán: “La deuda de España con la memoria histórica es enorme”

Patricio Guzmán: "caricaturizar" la realidad "no sirve para nada".

EFE

Pekín —

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El documentalista chileno Patricio Guzmán, que presenta estos días algunas de sus obras en Pekín, habló hoy en una entrevista para Efe de los desaparecidos durante las dictaduras, tema que ha recorrido toda su obra, y aseguró al respecto que “la deuda de España con la memoria histórica es enorme”.

Guzmán, que presenta en la capital china entre otros su último trabajo, “El botón de nácar” -Oso de Plata al mejor guión en la última Berlinale-, subrayó que, aunque la transición hacia la democracia en España fue “ejemplar”, el país “adolece de una falta de cultura sobre su historia reciente”.

El documentalista chileno -galardonado a nivel internacional y autor de la famosa trilogía documental “La batalla de Chile”- lamentó que en España no haya cineastas que “realmente profundicen” sobre el tema de la Guerra Civil y el franquismo, y aseguró que, de no subsanar este tema, España “seguirá siendo un país de segunda en Europa”.

Guzmán insistió en la importancia de tratar el tema de las víctimas de las dictaduras: “Hay que preocuparse por las víctimas, es el recuerdo de ellas el que modifica la moral de un país”.

El cineasta chileno -que después del golpe de estado de Augusto Pinochet contra el gobierno democrático de Salvador Allende fue encerrado en el Estadio Nacional de Santiago, campo de concentración de la dictadura- también tuvo palabras positivas hacia la transición española, que considera “ejemplar”.

Guzmán valoró que en España se creara una prensa “aceptable y positiva” -puso el ejemplo del diario El País- cosa que para el cineasta no ha sucedido en Chile, donde el panorama mediático es el mismo que después del golpe militar, y en el que “El Mercurio, que es un diario nefasto, sigue siendo el principal”.

El documentalista cree que fue ejemplar que pese al “odio acumulado” en la dictadura franquista este no se manifestara “negativamente”, lo que permitió a España entrar “en el mundo moderno”.

En relación con la situación política actual, Guzmán cree que es “muy interesante” la aparición de nuevas fuerzas al margen del bipartidismo como pueden ser los “partidos independentistas” o “los de izquierda distintos al PSOE”, un panorama que el documentalista considera “apasionante” y “muy bueno para el pueblo español”.

Guzmán no sólo habló de la situación española, sino que puso el foco en América Latina, una región de la que cree que falta una historiografía propia de calidad.

“Los historiadores latinoamericanos son realmente muy malos” afirmó Guzmán, que dijo que muchos de ellos “pasan por encima” los temas como el problema indígena, los golpes de estado o las “guerras olvidadas” de este continente.

También, en este sentido, cree que relatar la historia de América Latina y sus pueblos indígenas no es simplemente “dar la razón al indio por sobre cualquier otra circunstancia”, como asegura que hacen “algunos historiadores modernos”, ya que “caricaturizar” la realidad “no sirve para nada”.

Poniendo la lupa sobre Chile, Guzmán ha lamentado que su país de nacimiento haya quedado en la “neutralidad de un país de cifras, donde se produce cobre y exportaciones, una especie de reserva de materias primas más que un país con su propia cultura y punto de vista sobre América Latina”.

El cineasta ha criticado que sólo se hable de Chile “cuando hay algo económico que tratar o una revuelta estudiantil”, pero que en el continente sigan “mandando” los países de siempre, como Argentina, Brasil o México.

Aún así, Guzmán se ha mostrado optimista con las nuevas generaciones chilenas y el movimiento estudiantil, que cree que pueden, “en 20 años”, hacer de Chile el país “culturalmente interesante que fue en tiempo de Allende” y que la dictadura destruyó.

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