Peralada estrena la nueva ópera de García Demestres junto a Cristina Pavarotti

El Festival Castell de Peralada acogerá el próximo jueves, en versión concierto, el estreno absoluto de la ópera “La straordinaria vita di Sugar Blood”, del compositor barcelonés Alberto García Demestres, coautor del libreto junto a Cristina Pavarotti, hija del legendario tenor Luciano Pavarotti.

La pieza, de una hora y cuarenta minutos de duración y dedicada al tenor de Módena, nace después de que el director del Cor Vivaldi, Òscar Boada, hace unos dos años propusiera a Demestres una cantata en la que estuviera presente la diabetes, puesto que a una niña del grupo de cantores le habían diagnosticado la enfermedad.

El director musical, que también tiene diabetes y que hace un tiempo sufrió un ictus, se puso manos a la obra y habló con Cristina Pavarotti, a la que conoce desde el año 1985, para que fuera la libretista de este proyecto musical, que de cantata ha acabado en una ópera de dos actos en la que se hace el seguimiento de una niña con diabetes de los diez a los catorce años, el día de su aniversario.

Además, se ha implicado en el proyecto Jordi Roca, de El Celler de Can Roca, autor de los postres “Cocco e Cocomero”, inspirados en la obra y que el día 20 podrán ser degustados en la media parte del estreno, en la iglesia del Carme de Peralada, algo que “será muy especial” y nada habitual en un acto de estas características.

El montaje, que García Demestres define como “una ópera dulce sin azúcar para alimentar el conocimiento y la conciencia social sobre la diabetes”, cuenta con un reparto encabezado por la soprano Sara Blanch, en el papel de Mara, cantante de ópera y madre de Sugar, la protagonista, una niña que será interpretada en sus diferentes edades por tres jóvenes del Cor Vivaldi: Lisa Campos, Ariadna Ruiz y Núria Prats.

El actor Pere Ponce será James, el padre de Sugar y agente secreto, quien se comunicará con su hija a través de videomensajes y de llamadas, desde los lugares en los que “se encuentre en una misión”. Es el único personaje que no canta, porque, según García Demestres, “no había música para él”.

Otro de los personajes centrales de la obra es Sesto, el abuelo de Sugar, interpretado por el tenor Antoni Comas, mientras que la “mezzo” Mireia Pintó dará vida a Mariuccia, la sastre de un teatro.

Alberto García Demestres, con más de un centenar de obras estrenadas, considera que ha construido “una catedral para un coro de voces blancas, asquerosamente difícil, lo que hace sentirme desolado porque, cuando empecé, no quería que lo fuera tanto”.

“Musicalmente, no te deja estar tranquilo en ningún momento y, cuando parece que un momento musical ha acabado, sigue y se necesita una concentración del mil por cien”, ha explicado.

Cristina Pavarotti ha apuntado, por su parte, que el libreto “no es tan pesado como pudiera parecer el tema” y ha afirmado que, aunque hay momentos dramáticos, “también los hay de ligereza, pensando mucho en los niños de hoy”.

A la vez, no se obvia otra cuestión como la de los padres que viven separados.

Ha bromeado con que primero empezó a escribir el libreto y fue, posteriormente, que el maestro García Demestres inició la composición musical “y todo lo volvió a cambiar”.

En la primera parte de la obra, el público podrá conocer la peripecia vital de Sugar, de los diez a los trece años, mientras que en el segundo acto, más corto, hay “más dramatismo, porque el aniversario de los catorce años será difícil para ella, ya que el chico al que quiere le va a decir que no a salir juntos por la enfermedad”.

Òscar Boada no ha escondido que hay momentos “que nos ponen al límite”, como el denominado Ictus Day, de una enorme dificultad para los intérpretes.

La primera esposa de Luciano Pavarotti, Adua Veroni, asistirá a la representación del próximo jueves, que podría repetirse en ciudades como Granada, Toledo y Lleida e, incluso, en un futuro, verse en versión escénica.