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Pirineos sur se sumerge en las mutaciones de Bunbury

Pirineos sur se sumerge en las mutaciones de Bunbury

EFE

Lanuza (Huesca) —

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Las montañas pirenaicas se vieron sumergidas por el mar de mutaciones que albergan los 30 años sobre los escenarios del artista aragonés Enrique Bunbury en el concierto que ofreció anoche ante casi 5.000 personas en el escenario flotante de Lanuza (Huesca) de Pirineos Sur.

Precisamente, la noche presagiaba cambios con el paso del calor a un viento que anticipó el inicio de un concierto de la gira “Mutaciones”, actuación que albergó las distintas etapas de su trayectoria y que, a su vez, también ofreció una paleta de distintas emociones: de la inicial euforia al susto, por un amago de final anticipado, hasta la placidez final.

Así, desde la orilla de un embalse, el espectáculo comenzó con “Iberia Sumergida”, uno de los grandes temas de Héroes del Silencio, canción que inició esta inmersión al repertorio vital y emocional de Bunbury.

El cantante encontró una gran acogida desde la grada y respondió con el poderío de su voz y su banda en “El Club de los Imposibles”, en la que Jordi Mena a la guitarra disparaba sus “riffs” armado de una Gibson SG con poderío y contundencia rockera.

El ambiente respondía a las expectativas despertadas después de arrasar en su concierto del miércoles en el Teatro Real de Madrid y siguió el “show” con otros temas de su repertorio en solitario como “Los inmortales” o “Porque las cosas cambian”.

Precisamente, la interpretación de este tema de su disco Hellville De Luxe concluyó con un guitarrazo tremendo, casi brutal, aspecto que contrastó con una versión reposada de “El camino del exceso”, una de las canciones con un sonido más duro y metalero de su etapa con Héroes del Silencio.

La noche seguía con el guión esperado, con grandes temas como “Avalancha”, “Infinito” o “El extranjero” haciendo las delicias de sus seguidores con el acompañamiento de su habitual gran puesta en escena, un muy profesional equipo técnico y unos músicos de altísima valía y carisma propia.

Sin embargo, tras interpretar el clásico “Mar adentro”, el zaragozano acongojó a los asistentes al anunciar que terminaría su actuación tras la siguiente canción al encontrarse acatarrado.

Otro de los grandes de la trayectoria con su anterior grupo, “Maldito duende”, anunciaba un triste pero bello fin anticipado que el guitarrista Álvaro Suite remató con fortísimos ataques con la púa a un instrumento que parecía lamentarse por ello.

El concierto parecía concluir definitivamente tras presentar el cantante, uno a uno, a Los Santos Inocentes, la banda que acompaña al artista aragonés desde 2008 pero, entonces, llegó “Lady Blue”.

Después de una muy buena versión del tema, en la que Bunbury acabó de rodillas en el escenario, el cantante cambió de opinión al afirmar que iba a seguir con el concierto porque no se quería perder lo que se estaba viviendo en Lanuza: “En el momento en el que no tenga más voz, digamos que se me lleven en ataúd”, aludió para regocijo de los espectadores.

La atmósfera especial de “La chispa adecuada”, con la guitarra de Mena al más puro estilo “steel guitar”, anticipaba los momentos finales de una actuación que dejaba contento al público gracias al compromiso mostrado y una lista de canciones diseñada para el delirio de sus fans.

“... Y al final”, como no podía ser de otra manera, concluyó de modo muy satisfactorio la cita de Bunbury en Pirineos Sur para seguir con su gira en Santander el próximo jueves y pasar por ciudades como Zaragoza, Madrid o Málaga antes de saltar al otro lado del Atlántico a finales de septiembre.

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