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La piel efecto peluche de Prada da calidez a la jornada de la Moda de Milán

La piel efecto peluche de Prada da calidez a la jornada de la Moda de Milán

EFE

Roma —

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Prada fue el plato fuerte de la segunda jornada de la Semana de la Moda de Milán y eligió para la ocasión una colección femenina para el próximo otoño/invierno en la que la auténtica protagonista fue la piel efecto peluche.

La calidez del pelo cubrió tanto cinturones como cuellos de chaquetas y abrigos, e incluso sirvió para adornar los dobladillos de las faldas, las tiras de las sandalias y los bolsos de mano, con asas cortas.

El peluche en todos los colores posibles, desde el rosa palo hasta el naranja más intenso, pasando por los azules y los marrones, o los verdes y los rojos, completaron unas vestimentas variadas, en las que la mezcla de tejidos y estampados formaron un “tótum revolútum” que demostraron que en la moda todo está permitido.

Así, vestidos marrones con flores en colores blancos y azules, y plumas negras en los dobladillos, se combinaron con bufandas de lana y botas de estampado de serpiente en rojo, morado y marrón en el mismo calzado.

Las modelos de Prada también lucieron faldas blancas con estampados florales, de corte recto y por la rodilla, junto con jerséis de lana rojos, abotonados, y abrigos rosas en su interior y marrón camel en la parte externa.

Para la mujer del próximo otoño/invierno, la casa fundada en 1913 también apostó por los “looks” masculinos, con trajes de chaqueta y pantalones de pinza en tonos teja.

Antes, la firma italiana Fendi presentó una colección para el próximo otoño/invierno diseñada por Silvia Venturini y Karl Lagerfeld y caracterizada por prendas confeccionadas con estampado príncipe de gales y lana de espiga.

Los vestidos de falta de tubo y entallados en la cintura se alternaron con otros estilo Marilyn Monroe, siempre con estampado príncipe de gales en tonos grises, y superpuestos sobre blusas de seda con transparencias en color negro.

En rojo rubí y el granate tuvieron un papel protagonista en el guardarropa femenino de Fendi y vistieron tanto abrigos de pelo, como jerséis anchos, vestidos con tejidos vaporosos y botas de cuero por encima de la rodilla.

Las hombreras también estuvieron muy presentes en las propuestas de Fendi y se utilizaron para marcar los hombros en blusas de seda en color azul klein, en abrigos de vestir grises y negros, y en vestidos rojos con mangas “bishop” con transparencias.

Los tonos flúor, los estampados asimétricos y animales, y los brillos fueron la seña de identidad de la colección de Emilio Pucci, que deslumbró a los asistentes a la Semana de la Moda de Milán con prendas amplias, cómodas y nada ajustadas a la silueta femenina.

Los vestidos largos con estampado de cebra se alternaron con los vestidos en tonos verde y rosa flúor, y también en naranjas y marrones con lentejuelas.

Emilio Pucci también presentó piezas que simulaban burkas hasta la cintura, en tonos naranjas y verdes, pero también en estampados asimétricos de colores variados, y vestidos con pantalones oscuros.

La encargada de abrir la segunda sesión de la Semana de la Moda de Milán fue la firma italiana Max Mara que tomó por bandera la sencillez y la distinción para presentar una colección sobria, pero, al mismo tiempo, muy elegante.

La casa fundada en Italia en 1951 por Achille Maramotti llevó hasta la capital lombarda un conjunto de “looks” en color liso, que evolucionó desde el rojo al negro pasando por el marrón, el beige, el dorado y el gris.

Así, las modelos de Max Mara mostraron vestimentas en tonos rojo rubí como la opción de un jersey de canalé lucido sobre una camisa de cuello alto, conjuntada con pantalones de corte recto fabricado en un tejido aterciopelado y completado con un abrigo largo con el por debajo de las rodillas.

Del rojo, Max Mara pasó al camel, que empleó en pantalones de talle alto y corte recto, en tejidos aterciopelados, jerséis de lana y punto, tanto ajustados a la figura como un poco más amplios, y faldas de tubo con una apertura frontal.

El marrón dio paso al gris, al beige y al dorado, que se utilizaron para presentar un guardarropa repleto de jerséis de lana trenzada y trajes de chaqueta con doble botonadura y pantalón recto en tejidos brillantes.

Una de las estrellas del desfile de Max Mara fue la modelo Halima Aden, una joven somalí-americana que nació hace 19 años en un campo de refugiados en Kenia, y que hoy pisó con firmeza la pasarela milanesa portando un hijab beige

El broche fina lo puso Moschino, con un desfile irreverente y muy atrevido, en el que las modelos llevaron vestidos con bolsas de basura, plásticos de burbujas que se utilizan para proteger objetos delicados y capas fabricadas con ratas de peluche atadas unas con otras mediante hilos.

Uno de los vestidos más aplaudidos fue el que presentó una modelo que simuló estar atada al decorado, un telón rojo de teatro, pero que al soltarse se llevó parte de la cortina por la pasarela milanesa.

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