Rafel Nadal novela en “La señora Stendhal” sobre los perdedores de la guerra

Tras el éxito de “La maldición de los Palmisano”, traducida a 15 lenguas, el escritor Rafel Nadal ha vuelto con “La señora Stendhal”, una novela que desde que salió en Cataluña hace unos meses es número uno en la lista de los libros más vendidos y que ahora acaba de publicarse en castellano.

“La señora Stendhal”, publicado por Destino, es una historia situada en Gerona con la que el escritor y periodista Rafel Nadal (Girona, 1954) vuelve sobre la Guerra Civil y la posguerra para poner el foco en “el comportamiento de los perdedores, en su comportamiento individual más allá de las grandes causas que defendían los vencidos”, pero desde el punto de vista de un niño.

El niño, llamado Lluc, se queda huérfano el último día de la contienda porque una bala mata a su madre y es criado por la señora Sthendhal, una mujer que le da amor como si fuera su hijo. Y lo hace junto a su otro hijo biológico y el abuelo de éste.

A partir de este punto, Nadal, periodista que trabaja en La Vanguardia, exdirector de El Periódico y actual colaborador de radio y canales de televisión, desata todo un mosaico humano sobre la venganza, los secretos, el poder, la ambición.Todo ello con el trasfondo del amor del protagonista por la madre.

Y es precisamente todo esta turbulencia de pasiones y la sublevación contra el abuso lo que, en opinión de Nadal, ha conectado con los miles de lectores que ha tenido el libro en catalán.

“Tanto fuera como dentro de España los que perdieron la guerra mundial, la guerra civil o los que vivieron la posguerra tienen fijado en la mente y la memoria hechos como estos, porque en definitiva la guerra saca lo mejor y lo peor de cada uno y el libro, como 'La maldición de los Palmisano', todos ellos tienen elementos de fácil lectura internacional”, explica a Efe el autor.

Una novela que también rinde tributo a las mujeres.

“La protagonista es una mujer -sostiene Nadal- porque creo que la sociedad de la época las tenía en segundo plano y necesitaban el permiso del marido para todo; pero a pesar de todo ello, creo que en el bando republicano se vivía una sociedad matriarcal”.

Los hombres iban al frente pero las mujeres -continúa-, que tenían razones para sentirse deprimidas y desmoralizadas, no se rendían y ellas eran las que ponían a la familia en marcha, administraban la casa y mantenían la vida“, añade.

Nadal se mete a indagar en los comportamientos individuales en el bando republicano, “más allá del convencimiento de que la República tenía la legitimidad democrática ante los que sublevados, lo que me interesaba es analizar al individuo y su lucha contra la incertidumbre y la venganza”, dice.

Y para ello, el autor ve los hechos a través de la mirada de un niño que no juzga y no ve si esto es bueno o malo; “pero va creciendo y viendo que las cosas tienen un origen y una causa y eso le lleva a tomar partido por un bando”, concluye.