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Roberto Alagna, “un hombre normal”, vuelve a grabar ópera después de 11 años

Roberto Alagna, "un hombre normal", vuelve a grabar ópera después de 11 años

EFE

Madrid —

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Para él cantar era antes “como rezar” y ahora es “como vivir” porque ha dejado de tenerle miedo “a la realidad”. El franco siciliano Roberto Alagna ha sufrido “muchas tragedias” pero ha encontrado la calma y ha querido volver a grabar ópera, “Ma vie est un opera”, después de 11 años de “cross over”.

“Me siento en paz conmigo mismo. Estoy disfrutando de ser un hombre normal, una persona real”, asegura en una entrevista con Efe el artista, padre de Ornella, de 23 años, que tuvo con su primera mujer, Florence Lancien, fallecida en 1994, y de Malena, “una criatura” que le da “luz y alegría” de 9 meses, fruto de su unión con la soprano polaca Aleksandra Kurzak (1977).

El tenor -nacido en 1963 en Clichy-sous-Bois, Francia, en el seno de una familia de emigrantes sicilianos- estuvo casado entre 1996 y 2013 con la soprano rumana Angela Gheorghiu (1965) y ha pasado toda su vida tomando aviones, actuando y viviendo en hoteles, sin disfrutar “de la vida real”.

“Pensaba en mi hija -Ornella- y eso me hacía sufrir muchísimo. Ahora es grande y empiezo a entender las cosas de forma distinta, a ver la belleza que tengo delante. Acompañaré a Malena hasta que sea posible. Tengo el coraje de continuar, de saber que la vida es así. Siento que estoy viviendo una nueva juventud, con muchas posibilidades por delante”, presume.

Nunca habría imaginado que su vida fuera como es, que le trajera “tantas y tantas sorpresas”: “Nada ha sido preparado, ni previsto. He recibido mucho sin querer, sin pedirlo. Mi madre me preguntó que si quería cantar y mi máxima ambición era hacerlo en un coro y aquí estoy, con una carrera muy grande, pasando de lo más lírico a lo más dramático”.

La progresión, admite Alagna, que comenzó a cantar con 14 años “música de cabaré” y hasta los 20 no empezó con la ópera, fue difícil pero también “natural”.

Con “Ma vie est un opera”, que sale al mercado el día 18 de noviembre, Alagna vuelve con un proyecto estrictamente lírico, tras once años dedicado a proyectos “transversales” o “cross over” como el disco “C'est magnifique”, dedicado a Luis Mariano, “Siciliano” o “Pasión”, trabajos que fueron, dice, “como una terapia”.

Este nuevo álbum, cantado en su mayoría en italiano y francés, con alguna pieza en alemán y español, brinda la oportunidad de apreciar la evolución vocal y artística de una de las voces más importantes y carismáticas de la actualidad así como de las últimas décadas.

“Me siento con buena voz. La ópera es mi amor y a ella me dedico. Estoy contento porque al público le gusto”, resume sobre su momento actual.

Tuvo un problema de salud muy grave, un tumor en la cavidad sinusiana, “la parte más importante para la voz”, y se quedó “como ciego” porque tenía que acordarse en cada nota de cómo tenía que proyectar el sonido, cantando “muy delante”.

Cantó más de seis años en esas condiciones, sin saber que tenía un tumor, y cuando le operaron tuvo que trabajar “duro” para recuperar su forma original de interpretar.

En medio de todo esto, sucedió “lo” de la Scala, es decir la escandalera que se formó la noche del 10 diciembre de 2006 cuando los broncos aficionados que se sientan en el “loggione” -las entradas más asequibles del teatro milanés-, aplastaron con silbidos y abucheos su representación de Radamés en “Aida” y abandonó el escenario.

“No es verdad, nada de lo que me acusaban es verdad. Dónde están esos bajos que decían aquellos... Hablan sin saber y eso es muy injusto. Era un tiempo de cambio, con Riccardo Muti que se iba. Fue una amalgama increíble de cosas”, insiste aún dolido por la reacción del público.

No le gusta la pelea, no se siente un guerrero, entiende su profesión como un acto de amor, pero le da “pena” quien sí lo entiende así y usa “la violencia” para imponer su criterio ante un artista que comparte su saber “como se hacía dos siglos atrás. Hay que respetar eso”, reclama.

Alagna interpretará en el Teatro Real de Madrid a Romeo en la versión concierto de “Roméo et Juliette de Gounod” que dirigirá Michel Plasson el próximo mes de diciembre: “Será un momento extraordinario, como siempre”, vaticina.

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