Rocío Márquez homenajea a los “niños” cantaores en la piel de Pepe Marchena

Hubo una época en España en la que los cantaores empezaban a actuar siendo adolescentes, así que “lo que pegaba” era que el nombre artístico incluyera lo del “niño” de algo, como le sucedió en sus inicios a Pepe Marchena, el “héroe” que Rocío Márquez ha querido para su segundo disco, que saldrá en septiembre.

Se titulará, precisamente, “El Niño” y serán diecisiete temas con algunas de las composiciones más celebradas de José Tejada Martín (Marchena, 1903- Sevilla, 1976), el Niño de Marchena, que se presentará en la Bienal de Flamenco de Sevilla con un concierto el día 14 y saldrá a la venta el día 23, explica en una entrevista con Efe la artista.

Entretanto, la onubense (1985) no para de actuar y de salirse de los carriles del jondo para participar en espectáculos como el que presentará este domingo en los Jardines de Sabatini de Madrid: “Desconcierto”, dirigido por Enrique Viana, junto a la pianista Rosa Torres-Pardo y el poeta Luis García Montero.

Con música de Enrique Granados, Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Joaquín Turina, el Padre Soler y Federico García Lorca, Luis García Montero leerá sus poemas “entrelazándolos” con la voz de Márquez “en un diálogo constante”.

Luego, todo será preparar su participación en la Bienal de Sevilla con “El Niño”, en el que ha querido recalcar “el punto juguetón” de Marchena, que se divertía “muchísimo” improvisando.

La carátula del disco, que incluye un libreto con fotografías de Marchena y de otros “niños”, como la Niña de los Peines o el Niño de la Alfalfa, es una foto de Márquez un poco “ambigua”, con el pelo muy tirante, “'repeiná' como un niño de comunión”, con pantalón y chaqueta, “un guiño al toque excéntrico y dandi de Pepe”.

“Estoy contentísima con lo que hemos hecho. La idea era que el centro fuera Marchena y que en torno a él giraran todas las ideas, y eso lo hemos conseguido”, asegura.

Por una parte, están las composiciones más tradicionales, es decir, sus “seguiriyas”, cantes de levante, de ida y vuelta y soleá, palos en los que era experto, y por otra, un homenaje a su libertad creativa.

“Marchena estaba trabajando en un tablao de Badajoz y fue al teatro que había al lado, donde escuchó un texto de Álvarez Quintero. Se lo pidió y ahí creó 'La rosa'. Pasó igual con 'Romance a Córdoba'. Si veía un texto que le gustaba, creaba a partir de ahí”, detalla.

Ha respetado sus “maneras” y melodías para reinterpretar guajiras o “seguiriyas”, aunque sin copiarle, pero también ha incorporado, por ejemplo, un texto de Shakespeare sobre una rosa y otro de Juan Ramón Jiménez, “siguiendo su energía transgresora”.

Otra pieza “muy interesante”, enumera, son sus colombianas, inspiradas en un “zortziko” vasco y un corrido mejicano, que ella ha querido empezar “por corrido”.

La preparación del disco, producido por Faustino Núñez y coordinado por Pedro Romero, le ha llevado un año y medio y está “supercontenta” no solo con el resultado sino porque, “encima”, ha contado con la colaboración de “musicazos” como Pepe Habichuela, Manolo Franco, Manolo Herrera, Raúl Rodríguez, el Niño de Elche o Raúl Fernández “Refree” en la parte más experimental.

Su participación en la Bienal de Sevilla se completará con el concierto, el día 17, “Cartuja a ras”, un encuentro multidisciplinar, con improvisaciones que buscan que “los artistas se salgan de sí mismos”.

Márquez, la única que ha ganado cuatro grandes premios, incluyendo la Lámpara Minera, en el Festival Internacional del Cante de las Minas, empezó cantando fandangos en una peña sin haber hecho ni la comunión y sacó su primer disco en 2012, “Claridad”.

Por Concha Barrigós.