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Ruben Östlund, director de “The Square”:“Olvidamos que somos animales heridos”

Ruben Östlund, director de "The Square":"Olvidamos que somos animales heridos"

EFE

Madrid —

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Como el Buñuel de “El discreto encanto de la burguesía”, a quien cita como referente, el cineasta sueco Ruben Östlund deja en evidencia las miserias de la clase media-alta occidental en “The Square”, película premiada con la Palma de Oro en Cannes y que llega este viernes a los cines.

Experto en colocar a sus personajes en situaciones incómodas, como hizo en su anterior y también aclamada “Fuerza mayor” (2014), el sueco envuelve los dilemas morales en un humor mordaz en su nueva película, que presentó en el pasado Festival de San Sebastián.

“El ser humano es muy sensible a las situaciones sociales incómodas, maniobramos constantemente para evitarlas”, apunta el director en una entrevista con Efe y precisa que cuando hablamos de comportamiento humano “olvidamos que somos en parte animales heridos”.

Eso es lo que le ocurre a Christian (Claes Bang), un padre divorciado, comprometido con la educación de sus hijas y reputado programador de un museo de arte contemporáneo que respalda las grandes causas humanitarias.

Su próxima exposición, titulada “The Square”, es una instalación que incita a los visitantes al altruismo y a confiar en los demás. Pero cuando a Christian le roban su teléfono móvil, su reacción no le deja precisamente en buen lugar.

En la proyección oficial en San Sebastián, Östlund puso a prueba al público y a sí mismo con un pequeño experimento: dejó su móvil y su cartera en el suelo de la sala durante toda la proyección.

“Gran parte de la calidad de vida de una sociedad depende de la confianza en los otros. Si perdemos la confianza y nos volvemos paranoicos, estamos creando una sociedad infeliz”, señala el cineasta, preocupado por el injustificado cambio de actitud que observa en Occidente en este sentido.

“No hay estadísticas que demuestren que la sociedad sea más peligrosa, pero el cambio de actitud está ocurriendo”, subraya, una tendencia que considera “completamente vinculada al consumismo”.

“Un consumidor paranoico es mucho más interesante que uno que confíe en los demás, es parte del sistema”, afirma.

Otro tema de actualidad que toca la película, que cuenta con la colaboración de Elizabeth Moss (“Mad Men”, “El cuento de la criada”) y Dominic West (“The Wire”), es el de la crisis mediática y la creciente tendencia al sensacionalismo, cuando no a las noticias falsas, en la era de las redes sociales.

La agencia de comunicación del museo donde trabaja el protagonista elabora una sofisticada campaña, liderada por dos “millennials”, que busca y consigue crear una polémica ficticia para atraer a los periodistas.

“Todos los grandes periódicos están en crisis”, apunta Östlund. “La crisis económica y el miedo a perder el empleo han arruinado la la ética periodística, antes había códigos éticos más fuertes”.

“Ahora, para lograr repercusión tienes que ser más extremo y radical, ya se trate de cultura, de política o de cualquier otro asunto, se busca el conflicto y un lenguaje radical para atraer la atención”, advierte.

Si el tema de “The Square” es deudor del filme de Buñuel, no lo es menos su estructura, tanto como del trabajo de su compatriota Roy Andersson, ya que el guion es en parte una sucesión de escenas cuya ligazón no es siempre evidente.

Una de las más impactantes y simbólicas es la que aparece reflejada en el cartel de la película. Se trata de una “performance” de un hombre mono en una cena palaciega ante lo más granado de la sociedad sueca, que pone en cuestión los límites de la corrección y de la libertad artística.

Sin abandonar el terreno de la sátira, Östlund tiene previsto saltar del mundo del arte al de la moda en su próxima película, “Triangle of sadness”, en la que ya está trabajando y que producirá de nuevo a través de su propia compañía en Suecia, a pesar de que en los últimos años le han llegado ofertas de Hollywood.

“No he encontrado nada interesante en los guiones que me han enviado. En las películas americanas siempre matan a alguien; he pedido solo guiones donde no matan a nadie y claro, es un problema”, dice.

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