“El Sentido del olfato” llena de emociones la galería Elvira González

La Galería Elvira González inaugura hoy la exposición “Sentido del Olfato” con la instalación de obras de Olafur Eliasson, Ernesto Neto y Pae White, tres artistas que utilizan el sentido del olfato como elemento común para percibir sus obras.

Eliasson, Neto y White han sido seleccionados para la exposición Sentido del Olfato por la proximidad de algunas de sus ideas, que convergen en este caso en el mismo interés por incorporar el sentido del olfato a sus obras como un factor de percepción, según informa la galería.

La estructura de cada una de las obras de esta exposición, tan proustiana, en el sentido que es el olor el que nos conduce a algún capítulo del pasado, está directamente ligada al olor o aroma que de ellas se desprende, como si se tratase de un elemento de composición más como pueden ser el material, la forma o el color.

El olor modela la percepción de la obra y enfatiza el mensaje del artista.

La instalación “Moss Wall”, de Olafur Eliasson (Copenhague, 1967) es una obra viva hecha con liquen de los renos (Cladonia Rangiferina) tejido en una maya de alambre a lo largo de una de las paredes de la galería.

El liquen está vivo, cambia de color al secarse, encogiéndose y debilitándose, pero una vez se vuelve a regar, el musgo o liquen se expande, recupera su color y desprende un olor acre. Este musgo viene de Islandia, país de origen del artista y fuente de inspiración de muchas de sus obras.

La sensualidad, característica en toda la obra de Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964) habla de sus raíces brasileñas. La forma antropomórfica de 'Relachado estou atento' es una obra creada para esta exposición con olor a clavo, canela, pimienta y cúrcuma y pone de relieve el interés del autor por trasladar al espectador a un mundo sensorial, en el que los olores identifican momentos y evocan recuerdos.

Finalmente, la artista Pae White (Pasadena, California, EE:UU, 1963) expone una instalación de un bosque con cinco “módulos” que conducen al espectador al recuerdo a través de los olores cotidianos asociados a situaciones concretas que despiertan la memoria.

Cada una de estas obras es una estructura de luz de la que se desprende un ligero aroma, que emana de los pebeteros situados aleatoriamente en varias de sus ramas.