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Sergi López: El silencio y el cine tienen algo en común

Sergi López: El silencio y el cine tienen algo en común

EFE

Barcelona —

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El actor Sergi López, coprotagonista junto con Olivier Gourmet de la última película de la cineasta belga Marion Hänsel, ha confesado que “el silencio y el cine tienen algo en común”.

“Río arriba”, que se estrena en las pantallas españolas el próximo viernes 21, narra el encuentro entre dos hermanastros que remontan un río en Croacia para tratar de saber qué sucedió con su padre común, que apareció muerto con un tiro en la cabeza.

Como es habitual en el cine de Hänsel, “Río arriba” es un filme minimalista, con pocos diálogos y mucha contención en los personajes.

En una entrevista concedida a Efe, López se siente atraído por ese cine: “Actuar sin palabras me motiva mucho y, aunque en teatro no callo y hablo por los codos, me gusta actuar en silencio en el cine, pues el cine y el silencio tienen algo en común. El cine tiene mucho que decir cuando presenta al espectador a alguien que vive, observando en silencio, qué está pensando”.

Admite que la directora belga bebe de fuentes como Ingmar Bergman, “un cine en el que el espectador no está adoctrinado sobre qué debe pensar o qué ha de mirar, y tiene tiempo para entrar en el paisaje, escuchar el viento, dejarse llevar y entrar dentro de la cabeza de los personajes”.

López (Villanueva y Geltrú, Barcelona, 1965) entró en este proyecto de la misma manera como es Marion Hänsel y sus películas, de forma “dulce y tranquila”. Ya había trabajado con la directora en un pequeño papel en su anterior filme, “La tendresse” (La ternura), y entonces ya pudo comprobar en tres días de rodaje esa tranquilidad y esa dulzura.

Cuando le envió el guión de “Río arriba”, “tan simple, cargado de emociones” y con la oportunidad de trabajar junto a Olivier Gourmet, pensó que era “algo imposible de rechazar”.

Sergi López, que actualmente tiene dos obras de teatro en cartel en Barcelona (“Non Solum” y “30/40 Livingstone”), que se alternan en el escenario del Teatro Poliorama, percibe la manera de hacer de Hänsel como “un cine tranquilo, casi antisistema o contracorriente, ya que hablamos de remontar un río”.

En su opinión, Hänsel no es partidaria de grandes montajes, de un cierto dinamismo que el lenguaje cinematográfico tiene adoptado como algo evidente: “No tiene miedo al silencio, a mostrar a sus personajes fumando ensimismados en sus propios pensamientos, porque no es una directora efectista. No le gustan los efectos especiales ni los efectos de cámara, de luz, ni la grandilocuencia”.

A pesar de haber hecho un cine militantemente feminista, “Río arriba” es una película de hombres, pues, como dice López, “Hänsel quería hablar de esos hombres de cincuenta años, perdidos, que ella observa desde la barrera como una especie de animales singulares para ver cómo se escuchan, cómo se conocen”.

De hecho, la película es la historia de un reencuentro de dos hermanastros que se acaban de conocer en el inicio de la película.

Rodar en Croacia fue puro azar, porque inicialmente estaba previsto hacerlo en Vietnam, remontando un río tipo del “Apocalipsis Now”, lleno de mosquitos y serpientes, pero por cuestión de producción se encontraron en Croacia con “este paraje tan extraño, con un río que no se sabe bien hacia dónde va, con un paisaje en momentos muy árido y en otros con bosques muy frondosos”.

Ese ámbito natural se convierte en coprotagonista del filme, con el viento, los pájaros, la lluvia y el omnipresente río.

En su versión en castellano, la película de Hänsel se estrenará con el título homónimo de un filme de John Ford de 1930. “Es curioso que los 'western' se definían como un viaje físico en el territorio y también un viaje interior, pues los personajes no eran iguales al principio que al final del trayecto, y en cierto modo esta película sería también un 'western'”.

Para cerrar el círculo, la primera película que dio proyección internacional a Sergi López fue “Western”, de Manuel Poirier, que era también una “roadmovie”, “un viaje catártico por la Bretaña”.

López, que tiene pendiente el estreno de la próxima película de Marc Recha, “La vida lliure”, que fue rodada en Menorca y está ambientada en 1918, es consciente de ser “un privilegiado” por haber podido trabajar en más de ochenta películas.

“Tengo la suerte de recibir propuestas de aquí, de Francia y del Reino Unido; mi historia de amor con el cine no se acaba y no tengo una explicación científica. El cine me ha dado muchas cosas”, admite el actor, que no se ha prodigado en la televisión “por falta de tiempo y por respeto”, aunque reconoce que “en las series se trabajan los guiones con más libertad que en el cine”.

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