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Sopa de Cabra: “Queremos hacer conciertos como los que veíamos de jóvenes”

Sopa de Cabra: "Queremos hacer conciertos como los que veíamos de jóvenes"

EFE

Cambrils (Tarragona) —

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Sopa de Cabra desplegará el 6 de agosto en el Festival Internacional de Música de Cambrils (FIMC) un gran montaje audiovisual para presentar su disco “Cercles” porque, como ha dicho a Efe su cantante, Gerard Quintana, quieren hacer conciertos como los internacionales que veían de jóvenes.

Sopa de Cabra celebra tres décadas en la música después de diez años de silencio que culminaron en 2011 con unos pocos conciertos para conmemorar su 25 aniversario, y de que el año pasado volvieran a la carretera y ofrecieran cuatro recitales previos a la aparición de “Cercles”, su nuevo disco tras 14 años de ausencia discográfica.

El grupo gerundense está integrado por los fundadores Gerard Quintana -voz-, Josep Thió -guitarra rítmica y coros-, Francesc 'Cuco' Lisicic -bajo- y Pep Bosch -batería-, además de Jaume 'Pek' Soler -guitarra solista- y Ricard Sohn -teclados-.

Para Quintana, este volverse a reunir tras haberse separado es “la etapa más placentera y gratificante” de su trayectoria, después de “30 años de apoteosis y de grandes hitos” que no fueron “saboreados como ahora”, con estos conciertos “con producción y diseño del espectáculo propios”.

Y con un efecto porque “el tiempo lima los egos y haces más equipo y trabajas para un objetivo común”, y por ello la actual gira es “positiva”, además de que ahora tocan más en Valencia o las Baleares al no estar ligados “al circuito de fiesta mayor”, como antes, cuando “no acababas de hacer bolos como los que hacían los grupos extranjeros que te gustaban”.

Para celebrar sus 25 años ya empezaron con esta política y este “reto” de decir 'no' a muchas propuestas por su voluntad de hacer conciertos “donde poder desplegar un espectáculo visual que requiere un montaje que no entra en el circuito de fiesta mayor”.

Ello supone que todos sus conciertos son “de pago”, lo que choca con la actual política de contratación pública, aunque, para Quintana, están contentos de que sea así, “y nuestro público también”, pese a que la apuesta audiovisual sea “una premisa que va contra la realidad en tiempos sin mucha demanda”.

Para Gerard Quintana, “en cierta forma sí” que han cerrado ahora el círculo, aunque “nunca sabes en qué punto estás del camino”, añade, y de ahí el título del álbum, que implica “un punto de salida de nuevo”, pero “con menos lastre” y “más perspectiva”, no en vano ahora “cada concierto es como una comida que tardas días en elaborar”.

Quintana, que niega que se arrepientan de alguna decisión tomada hace años, sí que admite que “con los años aprendes a verte a ti como al otro”, ya que “todos somos fruto de los errores y los aciertos, algo que no sabrás hasta tu muerte”.

“Hay decisiones que te restan económicamente pero te refuerzan por dentro. Más que de decisiones, quizás sí que nos arrepentimos de algunas actitudes. Con los años, las relativizas mucho y aprendes a no tomar decisiones en función de lo que sufres”, explica con respecto a cuando el grupo se disolvió por las diferencias entre él y Josep Thió, o entre los dos y el antiguo guitarra solista, el fallecido Joan 'Ninyin' Cardona.

Y es que “la madurez” lima las diferencias y la responsabilidad “se tiene que repartir, y ahora cada uno sabe su rol y todos son importantes”, agrega Quintana.

Pero querían ser presente, no solo pasado, e intentan ahora hacerlo mejor de lo que lo habían, dice, y éste es “el espíritu del disco y del directo”.

“Al volver no sabíamos si estaríamos a la altura. Ahora tenemos la sensación de que lo hacemos mejor que cuando lo dejamos y de que no hay tanta energía descontrolada”, relata Quintana, gozoso de ver en sus conciertos a “tres o cuatro generaciones”.

Unos conciertos, como el de Cambrils, que oscilan entre las 2 horas y media y las 2 horas y 45 minutos de duración, “milimetrados pero con espacios para que pasen cosas”, según Quintana, que destaca que “el trabajo audiovisual previo es importante y también tiene su placer”, pues “lo importante es que muera de sentimiento el público, no el músico”.

Y es así porque “con matices” ha cambiado su manera de plantearse la música, en la que sustituyen la satisfacción personal por “un resultado en grupo”, algo que es tan real como “el planteamiento más egoísta de antes”, pero con una visión “más armónica”.

Rafa Quílez

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