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Llegan a España las 'Stolpersteine', las piedras que homenajean a las víctimas del nazismo y del franquismo

Placa dedicada a Gaspar Mesquida, víctima del franquismo

Angy Galvín

“Es un reconocimiento internacional de la vinculación entre el nazismo y el fascismo español. El artista ha visto la relación directa entre la Alemania nazi y la España franquista”. Maria Antònia Oliver, presidenta de la Associació Memòria de Mallorca, resume así el proyecto 'Stolpersteine', que, aunque ya había hecho antes iniciativas en España, ahora ha reconocido por primera vez a las víctimas del franquismo, gracias a la instalación de 20 'Piedras de la Memoria' por distintos municipios de Mallorca.

Las 'Stolpersteine' (“Una piedra en el camino que puede hacer tropezar”, en castellano) son unos pequeños adoquines, de 10x10 centímetros, repartidos por las calles de más de 24 países gracias al artista Gunter Deming. Él mismo ha colocado en el suelo las más de 70.000 placas distribuidas por toda Europa, con el fin de recordar a las víctimas del régimen nazi y, desde ahora, también a las del franquismo. La única diferencia es el color: las del régimen nazi tienen la placa en dorado; las del franquista, en plateado.

Las placas se colocan en lugares que mantienen vinculación con la víctima: por ejemplo, en la casa donde vivió o en el edificio donde trabajó. El arista Gunter Deming, que ha estado desde este sábado hasta este miércoles colocando las piedras por toda Mallorca, lidera el proyecto Stolpersteine. Ha creado un gran monumento descentralizado de la memoria histórica por todo el viejo continente. En España, antes de reconocer a las víctimas del franquismo, las 'Stolpersteine' han rendido homenaje a los republicanos españoles víctimas del nazismo.

Deportación de la comunidad gitana

Los orígenes del proyecto se remontan a 1992, cuando Colonia, a raíz del quinto aniversario del decreto nazi de deportación de los gitanos por orden de Himmler, quiso instalar una placa en homenaje a las casi mil personas gitanas que habían residido en la ciudad alemana y que fueron detenidas y deportadas. El artista alemán Gunter Demnig fue el encargado de llevar a cabo el proyecto, que consistía en una placa con la inscripción de las primeras líneas del decreto de deportación.

El artista quiso conocer la última residencia voluntaria que tuvieron los deportados en la ciudad. Durante el proceso de búsqueda de información, sorprendido porque muchos ciudadanos no conocían ni los hechos ni los nombres de las víctimas, quiso devolver a estas personas el lugar de donde no tendrían que haber desaparecido: los últimos domicilios conocidos o, sino, los lugares de trabajo, de asesinato o de desaparición.

Recuerdo a las víctimas

Para Jesús Jurado, vicepresidente segundo y conseller de Participación Ciudadana y Presidencia del Consell de Mallorca, la iniciativa busca “establecer una relación, que mucha gente intenta blanquear, del franquismo con el nazismo”. Jurado insiste en la misma idea que Maria Antònia Oliver: el nazismo ayudó al franquismo durante el golpe de Estado y el régimen franquista le devolvió el favor durante la II Guerra Mundial.

“Poniendo las placas, cualquier persona que pase recordará a las víctimas de la dictadura”, comenta Jurado, quien añade que el Consell de Mallorca intentará ampliar el proyecto e incorporar a más mujeres a la lista de conmemoriados. De momento, las placas homenajean a 20 hombres, 19 de ellos alcaldes –entre ellos Emili Darder– y otro –Jaume Garcies Obrador– expresidente de la extinta Diputación de Mallorca. Está previsto que se instalen otras piedras de la memoria en Artà, dedicadas esta vez a homenajear y guardar memoria de víctimas civiles, no “políticas”.

El artista, Gunter Deming, seguirá llenando las calles europeas en recuerdo de las víctimas del fascismo –su fundación ya ha establecido contacto con otras ciudades españolas. “Las piedras que instalo son para rememorar a las víctimas y he puesto muchas por toda Europa. Me entristece que sean tantas, pero también es emotivo poder recuperar sus nombres y su memoria”, concluye.

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