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Trueba y Skármeta recorren el “corpuscular” vínculo entre el cine y la literatura

Trueba y Skármeta recorren el "corpuscular" vínculo entre el cine y la literatura

EFE

Santiago de Chile —

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El cineasta español, Fernando Trueba, y el escritor chileno, Antonio Skármeta, participaron en la noche del lunes en “Cine y Literatura”, un espacio de diálogo en que ambos escudriñaron en el “versátil y corpuscular” vínculo entre el cine y la literatura.

En opinión del público, un chileno demasiado locuaz y un español más bien introvertido, relataron el delicado y ambicioso camino que recorrieron ambos al convertir “El baile de la Victoria”, obra de Skármeta, de un relato escrito a una obra audiovisual el 2003.

“Si yo supiera escribir como Antonio, no escribiría películas”, aseguró en el coloquio el autor español de “Sé infiel sin mirar a quien”, arrancando risas de los presentes.

Relató que al leer la novela de Antonio se dio cuenta de inmediato de que la historia no estaba escrita para que se hiciera una película de ella.

“Es una novela llena de literatura de juegos de palabras, con un lenguaje que es como un arte, pero a la vez tiene un humor increíble. No es una novela obvia, no es algo que tú dirías que es para el cine”, reflexionó.

La cinta se instala en el Chile que retoma su democracia, mientras Amnistía General decreta la libertad para todos los presos sin delitos de sangre. Entre ellos aparece un joven llamado Ángel Santiago y un hombre mayor, llamado Vergara Grey que acostumbraba a robar cajas fuertes.

Ambos ladrones con destinos opuestos, uno queriendo encauzar su vida y el otro con sed de dinero y venganza, se cruzan con Victoria, una joven que está empeñada en ser bailarina, que cambiará sus vidas.

Skármeta, también autor la renombrada obra Ardiente Paciencia (1985), comentó que “cuando un director de cine se interesa en una obra mía, y me aseguro de que sea un director al que yo admire, le doy la libertad absoluta de hacer todo lo que quiera con mi libro”.

“Ahí mi acto de agradecimiento es decir: esta novela no es mía, ahora es tuya. Así lo hice con Fernando”, detalló el Premio Nacional de Literatura de Chile 2014.

Algunos de los cambios que implementó Trueba en el guión en la obra de “El baile de la Victoria” fue que la protagonista, una jovencita parlanchina con ansias de hacerse una famosa bailarina, fuera completamente muda al ser llevaba al cine.

El autor de “Belle Époque”, ganadora de nueve premios Goya y un Óscar a mejor película de habla no inglesa, aseguró que al ser consultado por ese cambio aseveró que “yo no sé si tengo una respuesta. No fue una cosa racional, esta es una película de sentimientos desencadenados. Por mi parte fue intuición, fue un sentimiento poderoso”, apostilló.

“Sentía que era bueno para la película que eso fuera así”, explicó el ganador Premio Nacional de Cinematografía del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España 2015.

A pesar de este drástico cambio, Skármeta comentó que el primer guión que le presentó Trueba fue “extremadamente generoso con toda mi obra”.

El trabajo de escribir la película transcurrió entre Santiago, España, Italia y algunos otros países europeos donde Skármeta y Trueba no solo se empaparon el uno del otro con respecto al film, sino también compartieron su gusto por el jazz latino.

En uno de esos viajes en que ambos coordinaban para juntarse a escribir, Skármeta llevó a Trueba a las 4 de la madrugada a un sitio emblemático de la capital chilena: el Club Hípico.

La idea del chileno era que Trueba conociera la ferocidad de la cordillera de Los Andes, como telón de fondo, de la vida entre caballos fina sangre, jinetes y cuidadores, que a esa hora iniciaban su jornada laboral en el país austral.

“Antonio tenía razón. Ahí empezó la película de verdad. El Club Hípico tenía una luz, había algo mágico. Esa es una cosa de la que le estaré agradecido siempre”, recordó el autor de “Chico y Rita” film nominado al Óscar.

Skármeta detalló que en el texto “los personajes de este libro están construidos desde lo que son, desde lo que quieren ser y desde su realidad. Por eso es importante observar la realidad. Eso quería que lográramos con Fernando”, finalizó el escritor chileno.

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