La casa de Verdaguer reabrirá sus puertas en 2016 como museo de la literatura

Vil·la Joana, la casa donde el poeta Jacint Verdaguer pasó los últimos días de su vida, reabrirá las puertas al público a principios de 2016 reconvertida en un espacio histórico y literario y con una programación de actividades divulgativas y educativas para promocionar la cultura de Barcelona.

El proyecto, con un presupuesto de más de 5 millones de euros a cargo de la Diputación de Barcelona, e impulsado por el Museo de Historia de Barcelona, quiere avalar la candidatura a Ciudad Literaria de la red de ciudades creativas de la UNESCO.

“Valía la pena una inversión tan importante” para “remarcar la vocación literaria de Barcelona” y “situarla en el mapa de ciudades literarias del mundo”, ha argumentado el teniente de alcalde de Cultura, Conocimiento, Creatividad e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciurana.

El objetivo de la restauración es triple: “patrimonial”, por el valor del edificio; “emocional”, por la relación con el poeta; y “estratégico”, para promocionar Barcelona, ha explicado Ciurana.

El emplazamiento, en la montaña de Collserola, es estratégico porque “teje la conexión entre la montaña y la ciudad”, según el director del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), Joan Roca, motivo por el que Verdaguer escogió la casa en 1902, en plena Renaixença, cuando enfermó de tuberculosis y buscaba aire puro sin alejarse de su ciudad natal.

El proyecto de restauración es “más ambicioso que recuperar una casa de un escritor”, ya que Vil·la Joana ha “rehuido del fetichismo, no ha pretendido congelar la casa como la dejó Verdaguer”, sino que actúa como “eje central de una cartografía literaria” para “dar raíces al proyecto de futuro”, ha explicado Roca.

La planta baja de la casa-museo narrará la vida de Verdaguer, a la vez que hará de “espejo de su Barcelona contemporánea”, ya que incluirá a los artistas más estrechamente vinculados al poeta, aunque tampoco “margina la literatura española” y hará mención a figuras internacionales, como Cervantes, Shakespeare y Kafka, ha aclarado Ciurana.

En la planta superior, en cambio, se mantendrán las dependencias en las que Verdaguer pasó más tiempo durante sus últimos días: el dormitorio, el oratorio y la sala de médicos, donde el equipo que cuidaba de su salud se reunía para deliberar sobre el tratamiento a la tuberculosis.

Además, la “funcionalidad” ha guiado la obra, dirigida por el arquitecto Tomàs Morató, ya que el espacio debía disponer de salas de actos aptas para celebrar seminarios y encuentros de creadores, y cumplir así con el objetivo académico y formativo.

La restauración, que ya está “fuera de riesgo” tras pasar por muchas dificultades, ha hallado “piezas arqueológicas enmascaradas” que, por ejemplo, “pusieron de manifiesto una actividad vinícola” en la finca, ha revelado Morató.

“Se han hecho auténticas filigranas”, ha alabado el director del MUHBA, Joan Roca, y es que el equipo que dirige Morató ha tenido que compatibilizar la restauración de un edificio que se desmoronaba y la preservación histórica con los requisitos de seguridad y la normativa actual para facilitar accesos a personas con dificultades de movilidad.