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La animación española recoge frutos y logra conformar una industria

La animación española recoge frutos y logra conformar una industria

EFE

Annecy (Francia) —

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Despojados de la imagen de “pirados que hacen dibujitos” y tomados en serio como industria, el padre del éxito hollywoodiense “Gru, mi villano favorito”, Sergio Pablos, ve en España las condiciones oportunas para desarrollar la creatividad.

“Ahora el territorio es diferente y puede que sea posible; entonces, ni lo intenté”, explicó a Efe tras un encuentro con el público en el Festival de Annecy, en el que confesó que vendió la idea de “Gru” a Universal Pictures al ser consciente de que sería imposible desarrollarla en España.

Tuvo que renunciar a dirigirla por no abandonar Madrid y ahora con “Klaus”, su próximo proyecto, lo tiene claro: “Si queremos hacer la película nosotros, la manera no es ir a venderla a un estudio grande”.

Pablos trabajó como animador en “Hércules” o “El jorobado de Notre Dame” y forma parte de aquellos creadores que, como Raúl García -pionero español en Disney-, emigraron para perseguir unos sueños que no tenían cabida en su país.

“He estado siempre muy obsesionado con crear una industria en España”, confesó García, quien viviendo en Los Ángeles ha contribuido a ello con “El lince perdido” (2008) y “Extraordinary Tales”, presentada este año fuera de competición en Annecy.

Guillermo García Carsí, creador de Pocoyó, se fue a estudiar al Reino Unido pero regresó, a pesar de las pocas oportunidades que le ofrecía el país a finales de los noventa. “Quería estar en España”, afirmó.

Tras traspasar las fronteras con su personaje, con el que ganó un premio Bafta y un Cristal de Annecy, ahora colabora desde Madrid, tanto con Disney como con compañías nacionales.

Por la insistencia de quienes construyeron desde dentro y de quienes decidieron regresar, ahora se están cambiando las tornas: emigrar puede pasar a ser una elección personal y no una necesidad.

Con tres producciones simultáneas que superan los doce millones de euros de presupuesto, el sector de la animación en España está llamando a volver a aquellos que se fueron.

“Hemos contratado a varios españoles que viven en el extranjero”, aseguró a Efe Nathalie Martínez, productora ejecutiva del filme hispano-estadounidense “Animal Crackers”, desarrollado en la localidad valenciana de Paterna, que está codirigido por Tony Bancroft (“Mulán”), Scott Sava y el valenciano Jaime Maestro.

“Hay trabajo en España, no hay mucha gente experimentada, pero hay mucha gente recién salida de las escuelas que puedes formar y ha mejorado muchísimo el nivel”, explicó el productor Nicolás Matjí, de Lightbox.

Él ha visto una evolución notable -o en sus palabras, “de la noche al día”- entre el momento en que se empezó a fraguar en 2008 su primer filme, “Las aventuras de Tadeo Jones”, y la actualidad, en que aguarda a estrenar a finales del próximo agosto “Atrapa la bandera”.

El proceso de consolidación de una educación reglada, en el que también se inscribe el reconocimiento institucional del grado universitario en animación de la universidad española U-Tad, empieza a ser un signo de la madurez de una industria que hasta hace poco era autodidacta.

Las películas de la empresa gallega Dygra representaron un primer acercamiento a un 3D que vio su aplicación más internacional en la primera y ambiciosa superproducción “Planet 51” (2009), de Ilion, productora que ahora se encuentra inmersa en un proyecto con Paramount que prevé una plantilla de hasta 400 personas.

“Teníamos que formar a la gente y, hasta que empezaba a ser productiva, pasaba mucho tiempo”, recordó el director de producción de “Planet 51”, José Antonio Rodríguez, quien explicó que ese aprendizaje abrió las puertas de Hollywood a casi una cuarentena de españoles.

Sin embargo, ahora los jóvenes “vienen mucho más formados, los estudios estamos mucho más hechos, sabemos mejor lo que queremos”, detalló Matjí, antes de advertir de que, por primera vez, “hay ciertos problemas para encontrar gente”, sobre todo para perfiles muy especializados.

La industria española reunida en Annecy se congratula de sus éxitos pero es consciente de que hay que seguir esforzándose. “Es el momento de trabajar juntos porque cuanto mejor le vaya a cada uno, mejor nos irá a todos. En eso también somos ejemplares”, destacó Rodríguez.

Mercedes Álvarez San Román

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