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La torre gótica de Alcañiz alcanzó los 68 metros frente a los 43 actuales

La torre gótica de Alcañiz alcanzó los 68 metros frente a los 43 actuales

EFE

Alcañiz (Teruel) —

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Los estudios para la restauración de la torre gótica de la iglesia de Santa María La Mayor de Alcañiz (Teruel) han servido para confirmar que a lo largo de su vida llegó a alcanzar al menos 68 metros de altura, frente a los 43 actuales, lo que supone más de un cincuenta por ciento más.

El arquitecto alcañizano José Ángel Gil así lo ha desvelado en la conferencia inaugural del Curso Interdisciplinar de Humanidades “Hacia la restauración de la torre gótica de Alcañiz”, en la que ha realizado una pormenorizada exposición de los trabajos realizados por el estudio de arquitectos que dirige, al que el Ministerio de Fomento le adjudicó el proyecto de restauración por 1,02 millones de euros.

La interpretación de un grafismo original en una de las paredes de la torre gótica, en la que aparece grabada en piedra la estructura idealizada de la construcción primitiva de la torre, ha sido uno de los hallazgos de este estudio.

El notario de Alcañiz Pedro Juan Zapater en 1704 realizó una prolija descripción tanto de la portada que a pesar de lo que siempre se ha creído podría tener traza románica, así como de la torre que “tendría de alto más de 325 palmos (en torno a 20,8 centímetros)”, que serían los que marcarían la citada altura de 68 metros.

Este estudio ha corroborado que las medidas aportadas por el notario en su descripción de la anterior edificación fueron bastante “exactas” y “únicamente tendrían una desviación total de unos tres centímetros”.

El primer objetivo de esta restauración es que la torre “tenga uso”, además de que la intervención pase desapercibida, tras recordar que con la construcción de la iglesia barroca se destruyó parte de la torre gótica y en alguna parte de la escalera se quedó con sólo 45 centímetros.

En las labores previas de preparación se han hallado además lápidas góticas y basas de columna procedentes del antiguo templo que se usaron para construir el nuevo como meros materiales de construcción.

Uno de los problemas que se han encontrado con el antiguo templo gótico, según ha explicado Gil, es que se desconoce “ni quién, ni cuándo” mandó su construcción, aunque las fechas que barajan lo sitúan entre finales del siglo XIII y principios del XIV.

No obstante, todavía quedan por investigar algunas zonas en las que sospechan que podría encontrarse el escudo del promotor del templo lo que les permitiría datar con mayor precisión la torre.

Gil ha explicado que la torre gótica, en su construcción original, no tendría una escalera para acceder de la primera a la segunda planta, mientras que para subir a la tercera y cuarta planta si la habría, y que la que existe en la actualidad, del siglo XVI, es “coetánea y gemela” de la que hay en la catedral de Huesca, de hecho en las imágenes que ha mostrado una y otra se confunden con facilidad.

Otro dato que han verificado con los estudios previos es el peso de la torre que es de unas 10.000 toneladas, un peso que la torre es sobradamente capaz de soportar, si bien cuenta con numerosas grietas cuyo origen se atribuye a una explosión de 1840 en un polvorín próximo que afectó a toda la zona y que produjo, según las crónicas de la época, más de un centenar de muertos, lo que llevó cinco años después a desmontar el chapitel.

También ha desvelado que el chapitel de la torre gótica se tuvo que derribar y reconstruir según refleja la visita pastoral que realizó a la ciudad en 1553 el arzobispo de Zaragoza Hernando de Aragón.

Uno de los hechos que ha lamentado Gil es que no se haya podido localizar ninguna imagen que refleje cómo era la torre original en su totalidad, a pesar de “la efervescencia humanista del momento en Alcañiz con personajes como Juan Sobrarias o Juan Lorenzo Palmireno, por lo que resulta extraño que no hubiese ningún dibujante”. .

La única imagen que, hasta ahora, han podido encontrar es la del grabador Juan Fernando Palomino de 1779 en la que aparece el chapitel pero es una imagen que no es real y no está a escala.

Como dato curioso, Gil ha comparado la descripción que realiza Zapater con el chapitel de la catedral de Toledo que coincide de manera sorprendente.

Para finalizar, ha recordado que en la historia de Alcañiz la iglesia ha estado sin chapitel tan solo el 24 por ciento del tiempo, por lo que ha apostado por recuperar en el futuro “la imagen que la ciudad ha tenido mayoritariamente” y para ello considera que se debería apostar por un concurso internacional de ideas.

Por José Luis Sorolla

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