Una hispanista advierte que en Arqueología hay que descubrir, conservar y divulgar

La historiadora hispanista Margarita Torrione afirma que además de descubrir yacimientos arqueológicos hay que conservarlos y divulgar su contenido, creando itinerarios culturales o integrándolos en el acervo popular para que la Arqueología sea motor de desarrollo y genere riqueza y empleo.

Historiadora hispanista y catedrática de la Universidad francesa de Saboya, además de miembro de la Société Arquéologique de Bron, Margarita Torrione, natural de Támara de Campos (Palencia), ha sido la promotora de los estudios geomagnéticos previos a las excavaciones que se han desarrollado para desenterrar la antigua Dessobriga, en Osorno (Palencia).

Al pie de los restos de esta antigua ciudad cuya población se extendió entre los siglos IX antes de Cristo y III de nuestra era, y que se asienta en el cerro de Las Cuestas, entre Osorno y la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental, Torrione subraya, en una entrevista con EFE, “la excepcional importancia histórica” de este yacimiento.

Un yacimiento que guarda un interés personal y profesional muy especial para Torrione, y que se suma a los muchos que la asociación francesa a la que pertenece, y que cuenta en sus filas con arqueólogos, geólogos e historiadores, va sumando año tras año con el objeto de completar el mapa arqueológico de la Galia.

Frente a este interés del país francófono, la historiadora cree que en España en general la difusión del patrimonio descubierto sigue siendo una asignatura pendiente, salvo en comunidades autónomas como Cataluña “que tienen una visión muy clara de cómo hay que explotar el producto”.

Un ejemplo de ello es la Ruta de los Iberos, un proyecto cultural para dar a conocer los principales yacimientos ibéricos en Cataluña, con centros de interpretación a lo largo del itinerario que podría ser perfectamente extrapolable a otras zonas de la península y especialmente a provincias como la de Palencia “que tiene un potencial increíble, y explotarlo en época de crisis es capital”.

En su opinión, es precisamente en épocas de pocos recursos económicos, cuando la Arqueología puede jugar un importante papel en el desarrollo económico de una zona, aprovechando además el creciente interés de la sociedad por conocer su tierra.

“La gente está volviendo a la tierra, recorriendo España, la crisis ha despertado nuestro interés por lo que nos rodea, por lo más cercano”, ha apuntado.

En este sentido Torrione cree que igual que se hacen recorridos en torno al románico, podrían hacerse en torno a castros como el de Dessobriga, creando itinerarios culturales e “integrando la historia que desenterramos en la identidad de los territorios, en sus fiestas y tradiciones”.

Otro ejemplo es el yacimiento de Alesia en Francia, que “se ha convertido en un punto de peregrinación nacional, creando riqueza y empleo, porque Francia lo hace muy bien, descubre, conserva y lo explota”.

En esta línea Torrione destaca el carácter absolutamente “excepcional” de Dessobriga, un yacimiento situado en un gran páramo que esconde bajo tierra once siglos de historia, que recorre la Primera Edad del Hierro, la historia de vacceos, celtíberos y romanos.

En las últimas cuatro semanas se han realizado los primeros sondeos con los que se ha verificado el interés del yacimiento, aunque previamente se hicieron tres campañas de fotografía aérea y prospecciones geomagnéticas en un área de 24 hectáreas.

Documentación suficiente para armar un proyecto “personal” y profesional que se presentó a las administraciones, y que ha contado con la colaboración de la Junta de Castilla y León, la Diputación de Palencia, los ayuntamientos de Osorno y de Melgar de Fernamental, y por supuesto la Société Archéologique de Bron (Francia).

En este punto es donde la historiadora apela a la colaboración público privada como pilar fundamental para recuperar el patrimonio y ponerlo en valor, aunque antes, “se necesita voluntad, ideas y propuestas bien articuladas y coherentes para lograr el apoyo de las administraciones, a las que no podemos dirigirnos como si fueran una vaca lechera”.

En tiempos de crisis “hay que ejercitar la imaginación, tener ideas y unir fuerzas, siempre teniendo en cuenta que no estamos en Egipto ni en Turquía” y que por tanto los proyectos no requieren grandes presupuestos.

“Aquí el dinero público y el privado está bien empleado”, asegura mientras insiste en que “no podemos seguir cometiendo el error de recortar siempre en Cultura y en Educación porque sin memoria del pasado no hay cultura del presente”.

Por eso su sueño es que Dessobriga forme parte algún día de un itinerario cultural, señalado con un cetro de interpretación, pero de momento se afana en la organización de una exposición fotográfica sobre esta primera fase de sondeos, que finaliza hoy, y en empezar a mover los hilos para poner en marcha la siguiente campaña, “porque despertar Dessobriga nos va a llevar dos vidas”.Almudena Álvarez