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César Rendueles: “Nuestra economía debe parecerse más a una biblioteca que a un casino”

El profesor de Teoría Sociológica César Rendueles

Paula Corroto

Cogió la pistola y disparó. Primero a través de George Perec y su recreación de la isla W; después con un repaso al golpe de Estado de Chile que acabó con Salvador Allende y su Gobierno, los Chicago Bros y las palabras de los gurús neoliberales, feroces creyentes del libre mercado como evolución natural del comercio. Y para terminar, hizo una férrea defensa de la Feria, como mercadillo anual, como comercio regulado, atento a unas reglas. Así fue ayer la conferencia del profesor de Teoría Sociológica de la Complutense, César Rendueles, autor también del libro Sociofobia, con la que comenzó la Feria del Libro de Madrid el pasado viernes. Resumida en sus propias palabras: “Nuestra economía debe parecerse más a una biblioteca, a una Feria del Libro, que a un casino”.

Primera tarde y primeros paseantes. Un cielo nublado, pero dando tregua. A punto de dar las siete y el pabellón de actividades de El Retiro lucía casi vacío. Rendueles, casi apostado en la puerta, esperaba. Un cuarto de hora después, los organizadores de este encuentro literario decidían que había llegado el momento del inicio. Y el profesor comenzó a relatar su charla, El gobierno de los libreros. Un elogio anticapitalista del mercado, a partir de una de las letras menos usadas de nuestro alfabeto: la W. Por cierto, diez minutos después, el pabellón ya tenía una entrada bastante aceptable.

Puede que nadie recuerde qué es exactamente 'W', pero posee un importante sentido metafórico, como señaló el profesor. Así fue como Perec llamó a un islote de Tierra de fuego en su novela Recuerdo de la infancia, escrita entre 1970 y 1974, época de grandes compromisos políticos, pero también cuando la escuela de economía de Chicago, Milton Friedman y compañía –al que darían un Nobel en 1976- impuso sus teorías de liberalización a ultranza de los mercados. Cuando empezó la debacle que estalló cuarenta años después.

“W es una isla de atletas, esa es su peculiaridad. De lo que se trata es de promover la competición. Los vencidos sufren todo tipo de humillaciones y cada vez más. Lo que hizo Perec al recrear W fue mostrar una sociedad de competencia extrema, reducir la vida humana a una lucha atroz”, explicó Rendueles.

Y, de la novela, de la ficción, bajó al mundo real porque, como afirmó, prácticamente nuestra sociedad actual se ha convertido en W. Y, además, por primera vez en la Historia. “Nuestros vínculos humanos se basan hoy en tratar de obtener ventaja de los demás. Tratar de vencer sin fin. Es algo que nunca se había visto”, reconoció.

No obstante, esta sociedad feroz en la que vivimos tampoco ha aparecido por generación espontánea, según Rendueles. No sale de la nada. Al fin y al cabo, el ser humano hace una fila para subir, por ejemplo, al autobús, porque sabe que tardará menos que si todo el mundo se pone a empujar a todo el mundo para intentar ser el primero. “Durante toda la Historia hemos tenido formas de relación comercial reguladas. Es nuestro modo de subsistencia. Lo contrario es de locos, pero el capitalismo lo dinamitó”, manifestó el profesor, que puso como ejemplo la caída de Allende y la llegada de los Chicago Bros para reconfigurar toda la economía, no sólo en Chile sino en el cono sur –apoyado por las dictaduras militares- entre los años setenta y ochenta.

La Feria como salvación anticapitalista

Y de aquellos barros, estos lodos. “Es una falsedad que los neoliberales digan que el libre mercado forma parte de nuestra evolución natural. No es cierto. El comercio siempre estuvo regulado. De hecho, antiguamente existía un día del mercado y era un día feliz, un día de celebración en la calle. Había unas normas. Pero el mercado libre es todo lo contrario: es sucio, triste y está ávido de sangre”, apostilló, a la vez que daba un toque de atención al sector editorial: “Lo que ha pasado con la Feria, con editores, libreros, autores, es que se han visto aplastados por la gente de márketing. Y quienes han salido perdiendo han sido los libros. Y esto que ha ocurrido en este sector ha pasado a todos los niveles. Estamos gobernados por dementes que han convertido nuestro mundo en un ring de lucha libre”.

El discurso no fue solo una queja. No fue sólo un bufido pancartero, una recreación de 'no' sin propuestas alternativas. Al contrario. Rendueles estimó que es precisamente la Feria del Libro, esa fiesta, esa celebración, la que debería tomarse como modelo económico para “echar a patadas a los profetas del nihilismo capitalista, a esos antisistema vestidos con traje de Armani y cambiarlos por los editores, los libreros y lectores”. Y acabó con un guiño a las críticas que han surgido en los últimos días tras los resultados de las pasadas elecciones europeas que determinaron la debacle de los dos grandes partidos –PP y PSOE- y alumbraron el éxito de Podemos: “Los anticapitalistas no queremos compartir el cepillo de dientes, sino que la economía debería parecerse más a una biblioteca, a la Feria del Libro, que a un casino”. Y tras el cierre, aplausos. Empezó la Feria.

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