204 muertos en accidentes de tráfico laborales en 2016, 18 % más que en 2015

Un total de 204 personas murieron en accidentes de tráfico laborales en 2016, un 18 por ciento más que en 2015, cuando se registraron 173 fallecimientos, según un análisis del Real Automóvil Club de España (RACE) con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra mañana.

El RACE, que recoge datos del Instituto Nacional de Salud e Higiene en el Trabajo, destaca que estos accidentes constituyen el único tipo de siniestro laboral que aumentó en 2016 y reclama a las empresas que incorporen planes de movilidad en su estrategia de prevención de riesgos laborales para reducir la siniestralidad.

Por tipo de desplazamiento, un 42 por ciento de los fallecidos se produjeron en un siniestro ocurrido durante la jornada laboral y el 58 por ciento de camino al trabajo o a la vuelta a casa -los denominados in itinere-, unos trayectos que suponen entre el 70 y el 80 por ciento del total de desplazamientos en días laborables.

De los 555.000 accidentes laborales con baja registrados en el año 2016 en España, 63.400 se produjeron por un accidente de tráfico, lo que supone un aumento del 8 por ciento respecto al año anterior.

Los datos muestran que uno de cada tres accidentes mortales en el ámbito laboral fue por un siniestro vial, con un total de 204 personas fallecidas, lo que supone que el 11,4 por ciento de los accidentes laborales provoca el 33,6 por ciento de los muertos, lo que muestra una “elevadísima tasa de mortalidad”.

Los siniestros mortales viales durante la jornada laboral pasaron de 72 en 2015 a 86 en 2016, lo que supone un 19 por ciento más, y en los in itinere los fallecidos aumentaron un 17 por ciento, al pasar de 101 a 118.

El RACE lanza un decálogo para aumentar la seguridad vial laboral con cinco medidas para la empresa, cuatro para los empleados y una para las administraciones públicas.

A las empresas, como punto de partida, propone que analicen la movilidad real de sus trabajadores, sus desplazamientos, tiempos de recorrido y principales problemas viales.

Además que exista un compromiso de sus máximos responsables en la mejora de la seguridad vial de los trabajadores, incluyendo este nuevo concepto en los pilares de la cultura corporativa de la empresa.

También plantea que la empresa defina los riesgos viales de cada trabajador según el desempeño de su actividad profesional con medidas encaminadas tanto a la prevención de accidentes durante la jornada laboral como en los desplazamientos in itinere.

Añade que la empresa debe poner en marcha medidas correctoras que incluyan una política de formación continua, de niveles de seguridad en sus vehículos y de planificación de las jornadas laborales que impliquen trayectos por carretera.

Por último indica que debe impulsar el respeto al cumplimiento de las normas de circulación sobre todo en cuestiones como las distracciones, la fatiga, los tiempos de conducción y la planificación de las rutas.

En cuanto a los empleados señala que se deben comprometer en la formación de la empresa para prevenir los riegos viales, planificar sus viajes, ser responsables del mantenimiento mecánico del vehículo y mantener la necesaria atención a la circulación y al estado del tráfico evitando otras actividades no relacionadas con la conducción.

A las administraciones públicas el RACE pide que incentiven la implantación de los planes de movilidad y formación vial en las empresas a través de ayudas fiscales y financiación de los cursos.