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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

No pronunciarás el nombre de John en vano

Los Beatles.

Octavio Vellón

En ocasiones, más bien a menudo, a la muerte de una estrella le sigue un conflicto. Los familiares o amigos reciben una jugosa herencia que, acostumbrados a vivir de las rentas de aquellos que tuvieron éxito, manipulan a su antojo, a veces hasta la herejía. Recientemente ha sido Ron DeMarino quien ha subastado, a través de la casa Tracks Auction, las clavijas y el golpeador de la guitarra favorita de John Lennon. Nada menos que 27.700 euros (22.000 libras) se ha agenciado con la venta el que fue asesor instrumental del compositor inglés.

Las piezas pertenecían a una Rickenbacker 325 que Lennon utilizó en las primeras grabaciones, incluida la primera aparición en una televisión norteamericana en 1964. La guitarra pertenece a la colección de Yoko Ono, pero las piezas subastadas proceden del taller de DeMartino, quien conservó los objetos tras una restauración del instrumento en 1972. Se trata de una vuelta de tuerca a los límites comerciales que se nutren del excitado olfato de los mitómanos. Estos no tienen más remedio que aflojar una buena suma de dinero por compartir un pedacito de su ídolo.

Este es sólo el último episodio de una larga serie de capítulos entre los allegados y los grandes artistas como Jimi Hendrix u otros iconos, como el Che Guevara. Entre los últimos casos encontramos el de Martin Luther King. La familia del doctor King comparte con Sony los derechos de su famoso discurso en el que pronunció I have a dream. Pues bien, hasta 2038 nadie podrá utilizarlo en una campaña electoral o en una clase ante sus alumnos sin antes pagar lo convenido.

Un asunto de ética cuestionable teniendo en cuenta que se trata de una disertación pública que forma parte del legado histórico de Estados Unidos. De hecho, no es sencillo encontrar un vídeo oficial sobre el discurso en Youtube.

La marihuana de Bob Marley

Bob Marley es, naturalmente, ajeno a lo que su familia etiqueta con su nombre. Junto a la empresa de Seattle Private Holdings, los seres queridos del músico han diseñado la primera marca mundial de marihuana. Pretenden distribuirla por aquellos países donde la ley lo permita y, entre otras cosas, también planean vender accesorios y lociones con el nombre de Natural Marley.

Fue su hija Cedella quien se atrevió a hacer de médium: “Mi padre estaría muy contento de ver que la gente comprende el poder curativo de la hierba”. Curiosamente, Bob fue el miembro de la banda que menos comprometido estaba en la lucha por la legalización de la marihuana. Fueron tanto Bunny Wailer como Peter Tosh quienes se encargaron más activamente de esta reivindicación con temas como Legalize it.

La relación entre Paul McCartney y Michael Jackson duró lo que tardó el rey del pop en hacerse con parte de los derechos de los Beatles. Y eso que en su día grabaron juntos el famoso Say say say. En 1984 Michael pagó 47 millones de dólares a la empresa Holmes à Court. Tras el reciente éxito de Thriller que le reportó una cantidad astronómica, se decidió a comprar los catálogos de la banda de Liverpool ofreciendo una cantidad que ni siquiera el propio McCartney podía afrontar. De hecho Yoko Ono se interesó por la oferta pero declinó pujar por lo elevado de la operación.

El destino caprichoso provocó que diez años después, y envuelto en deudas y escándalos, Michael Jackson tuviese que vender todos los derechos a Sony, su propia productora por 95 millones de dólares dejando en manos de terceros una tortuosa traición. Como curiosidad, McCartney es propietario de los derechos de varios artistas muertos, entre otros los de Buddie Holly.

Nirvana, el Che y Jimi Hendrix

Otra historia similar ha sido el trato patrimonial que Courtney Love ha dado a su difunto marido, el mártir del grunge Kurt Cobain. Como si de una fiera corrupia se tratase, no ha dejado de pelear por los derechos de cada letra de Nirvana. Incluso ha llegado a arremeter contra el antiguo miembro del grupo y hoy líder de Foo Fighters, Dave Grohl, por utilizar la imagen de Cobain en sus conciertos llegando a asegurar: “Dave Grohl se está enriqueciendo con Nirvana sin haber compuesto ni una puta nota”. En cualquier caso los derechos sobre la banda recaen hoy en la hija de Courtney y Kurt, Frances Bean Cobain. Desde 2012 la imagen de su padre es explotada exclusivamente por la joven cuya custodia fue retirada a Courtney Love en 2009 por su adicción al alcohol y las drogas.

Otro de los asuntos polémicos sobre la imagen es el de la famosa imagen de Ernesto Che Guevara, cuyo autor Jim Fitzpatrick tardó 40 años en registrar, según él para “asegurarse de que se utilice del modo correcto, que no sea usada para burdos propósitos comerciales”. En cualquier caso se comprometió a ceder los derechos a la familia del revolucionario para ayudar en lo que dispongan desde su residencia en La Habana.

Es Jimi Hendrix quien indirectamente ha provocado ciertas disputas. El tema es que en el biopic del genio del rock, All is by my side, no ha podido sonar prácticamente ninguna de las canciones originales que en su día compuso salvo algún tema propio anterior a su consagración. La familia se ha negado a cederlas. Parece que este hecho no repercute en la armonía de la cinta porque se ha basado en la primera etapa de Hendrix, cuando lo descrubrió Keith Richards mientras se dedicaba a versionar temas de otros autores.

Por otra parte, los derechos de imagen de Marilyn Monroe o Elvis Presley ahora también pertenecen a empresas que se han decidido a pagar una jugosa cantidad a sus familiares con el objeto de explotar su imagen. A fin de cuentas, el negocio es el negocio. El duelo es cosa de pobres.

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