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Lykke Li, inocencia interrumpida

Lykke Li, I Never Learn/ Flickr: I knew Photos

Jesús Rocamora

El camino recorrido desde 2007 por la sueca Lykke Li (1986) ha sido notable en lo musical y, a la vista está, agotador en lo personal. Hablamos de los años que van desde los veinte hasta sus actuales veintimuchos, un periodo que la cantante y compositora valora como intenso y doloroso. El salto efectuado desde su debut, el dulce y sueco a su manera Youth Novels (2008), hasta el romántico y algo obsesivo Wounded Rhymes (2011) le trajo popularidad y ambición sonora: para este último dijo inspirarse en el cine de Jodorowsky y en las grabaciones de campo de Alan Lomax. Ahora entrega I Never Learn, un tercer trabajo que es como un laberinto excavado en lo más hondo y oscuro de un castillo, aunque el impulso es el mismo: la artista entiende sus tres álbumes como una trilogía sobre lo que conlleva ser mujer a los veinte años y gira en torno a sentimientos como la culpabilidad, la vergüenza, el dolor y el orgullo; la confusión, al fin al cabo.

En estos años Lykke Li también ha crecido a la hora de elegir sus colaboraciones con otros artistas, desde Kanye West a David Lynch. Ha debutado como actriz en el thriller Tommy de Tarik Saleh, con quien colabora habitualmente en sus videoclips, y ha grabado con Terrence Malick. También ha superado una gira agotadora y una ruptura amorosa que han dejado todas las heridas a la vista. Bebe de ellas: lean cualquier entrevista suya reciente y se encontrarán con que se considera una superviviente, alguien que se escapado en el último momento de morir aplastado por sus sentimientos y que se declara parte de esa tradición de artistas que crean a partir del sufrimiento, aquellos para quienes la tristeza es una bendición.

Viendo cómo ha evolucionado el diseño de sus portadas, cómo la imagen nítida de la artista ha terminado asumiendo el primer plano, siempre sin dejar el blanco y negro, o cómo ha ido transformando su forma de cantar, se puede decir que la hemos visto crecer. Lykke Li nació con vocación de ser otra estrella del pop pero ha madurado como una compositora que canta sobre sus miedos y dudas en un momento en el que se halla totalmente perdida. Ante la mayor inseguridad, ante la posibilidad de ser “demasiado sensible para este estilo de vida”, optó por sentarse y escribir, y ya recogería después los pedazos.

Como cantante, Lykke Li ha pulido esa manera de arrastrar las palabras y estirarlas, para luego elevarlas. Consigue encender el dolor en el oyente en muchos casos, como en Love Me Like I'm Not Made of Stone, y los títulos de sus canciones reflejan que la habitación en la que está confinada es asfixiantemente pequeña: Never Gonna Love Again, Heart of Steel, Sleeping Alone. No es madurez necesariamente, es una (todavía) joven observando hipnotizada cómo la ingenuidad se cuela dando vueltas por el desagüe, “en un mar de culpabilidad”, canta en I Never Learn. “Come back to me and I'll still believe”, dice en Just Like a Dream. Pero es ese “Lonely, I'm so alone now” de No Rest for the Wicked el que resume el tono de plegaria que alcanza el álbum en algunos momentos.

Lykke Li sigue teniendo el control sobre su pop intenso y dramático, con el que aspira a tocar el corazón de su público apelando a lo más primitivo, al corazón y a la pérdida, a veces sólo con una guitarra y casi siempre apoyada por coros, algunos pianos, los arreglos electrónicos justos y un uso económico de las percusiones, lo que acentúa la sensación de estar cantándole al vacío. I Never Learn tiene la duración aconsejable (menos de 35 minutos) para que este tipo de discos no terminen lamiéndose demasiado las heridas, ni las del oyente. Porque algunos han visto aquí un terreno fértil para las emotivas power ballads: según el crítico de The Guardian, en sus mejores momentos el disco suena como “This Mortal Coil poniendo la banda sonora una película ochentera de Tom Cruise, místico y alarmantemente obvio a partes iguales”.

Lykke Li actuará en Barcelona en la próxima edición del Sónar.

CANCIÓN DE LA SEMANA

Single – Me enamoré

Me enamoré

“Me enamoré, me enamoré de pronto y sin remedio.

Me enamoré y sé que fue por causa de ese pelo.

Un pelo que admitía tres peinados simultáneos.

Moño francés, coleta atrás, tupés en ambos lados.

Me enamoré, me enamoré y fue tan imprevisto.

No lo pensé, jamás conté con verle en esa cena.

Llegó con su melena portentosa y algo extraña.

Y sucedió, sucedió, me enamoré.

Me enamoré, me enamoré de pronto y sin remedio.

Me enamoré y sé que fue por causa de ese pelo.

Un pelo que admitía combinar dos trenzas rusas.

...cardados...

...y hondas muchas...

...brillo dorado por la sien...

Una mata morena, pelambrera portentosa“.

Y nada más que añadir.

Single + Hidrogenesse en el Ochoymedio el 6 de junio.

CLÁSICO DE LA SEMANA

Inspiral Carpets – Dung 4

Dung 4

Los renacidos Inspiral Carpets llevan unos años en activo y tocando de nuevo, aunque sólo han dado de sí para un par de singles asilados. Crecidos a la sombra de The Stone Roses y Happy Mondays dentro de lo que se llamó el sonido Madchester, en los últimos meses se ha unido al grupo su cantante original, Stephen Holt, lo que según el guitarrista Graham Lambert ha supuesto un impulso definitivo para que reunión despegue.

Para este 2014 había sobre la mesa dos propuestas: por un lado, un nuevo disco, el primero en 20 años, que se espera para septiembre; por el otro, la reedición de la maqueta Dung 4, que el grupo grabó bajo su propio sello (Cow Records) y que puso en circulación en formato cassette vía correo postal. De la cinta llegaron a repartirse 8.000 unidades, después de las cuales nunca había vuelto a ser reeditada ni en vinilo ni en CD.

Dung 4 fue grabado entre el 29 y el 31 de diciembre de 1987 (aunque no se decidió distribuir hasta año y medio después) en el pequeño estudio de Clint Boon, que es el que se ha encargado ahora de su remasterización. El grupo se reunía a la salida del trabajo porque en la época cada uno de sus miembros tenía un empleo a tiempo completo.

El material incluido en la demo fue grabado en singles, EPs o álbumes posteriores, pero permite ahora apreciar con más claridad qué les hacía diferentes dentro del marca Madchester: Inspiral Carpets bebía en parte del garage rock de los años sesenta, presente en su música gracias al característico sonido del órgano Farfisa de Boon, lo que los alejaba del cliché de la rave y la música de club desarrollada alrededor del Haçienda y los acercaba más a sus compañeros The Charlatans. Dung 4 recupera a una banda en estado casi crudo, con la carne aun roja, pero con un sonido imparable listo para ser desarrollado en los próximos meses. Esta reedición incluye también las cuatro canciones que componen el EP Cow (1987).

El grupo dará su único concierto en España en julio, dentro del Palm Fest (Tarragona).

VIDEO DE LA SEMANA

Boogarins – Olhos

Olhos

Ojo con la programación del Primavera Sound, porque este año incluye una pequeña representación brasileña que abarca desde uno de los padres del tropicalismo (Caetano Veloso, claro) hasta nuevas promesas, como los goianos Boogarins, que podríamos colocar entre Tame Impala y los también tropicalistas Os Mutantes. Es decir, su aproximación al pop psicodélico vintage es universal y a la vez muy brasileña. El grupo vivó el año pasado un merecido hype a costa de su debut As Plantas Que Curam, que incluía la fantástica Lucifernandis, y no solo en su tierra, también fuera (en estos meses han pasado por el SXSW y por el Austin Psych Fest), incluida España.

Olhos es un tema inédito que vio la luz a finales del año pasado en versión acústica gracias al canal online Som de Lugar. Estos días, con la banda de gira por Europa, han aprovechado su vista a Milán para grabar una sesión al aire libre, apenas con voz, guitarra y un sintetizador de bolsillo. En la grabación, llevada a cabo en VHS, incluso se han colado ruidos externos, como el rugido de un avión, tal y como les ocurrió aquí.

FESTIVAL DE LA SEMANA

New Souls en la Casa Encendida

Es imposible no sentirse atraído por el programa de un festival que dice estar inspirado “en la distorsión de los sonidos de raíces soul y de la cultura mainstream” y cuyas propuestas “se acercan a las formas más esotéricas del audiovisual y se nutren de la fascinación por el error y la tecnología obsoleta”. Su programación se extiende durante el día de mañana en la Sala Audiovisual, el auditorio y el patio del centro cultural madrileño.

El auditorio acogerá los conciertos de Mo Kolours y Topaz Gang. El acercamiento al soul del primero sigue los pasos de The Specials, Massive Attack o Mala, es decir, de una tradición británica de artistas que lo han mezclado con dub, hip hop, electrónica y guiños afro. Los segundos lo hacen vía vaporwave y, según los responsables del festival, “su música es una fantasía digital en la que se combinan sampledelia, R&B/Boogie, ambient y matices New Age para dar forma a la banda sonora de una suerte de paraíso shangri-la ilusorio”.

Al mismo tiempo, en la sala audiovisual se podrá ver el trabajo de recuperación de material más oculto y desconocido del funk de los ochenta y noventa a cargo de Peoples Potential Unlimited (PPU). En el patio, Carlos Monleón montará una “acampada cosmodélica” y habrá dos sesiones de los colectivos Young Vibez y visual404, que “entienden la transmisión de contenidos de forma sensorial y sin necesidad de intermediación periodística”.

Todos los detalles aquí.

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