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Doce compases para los viejos bluesmen que no tienen nada más

Patricia Godes

El blues es música sencilla basada en cinco notas y 12 compases. No hace falta más para expresar el dolor, el amor, el miedo y la rabia. Tampoco para bailar y divertirse o inspirar e influir a músicos de otros muchos estilos. El blues, música de pobres y esclavos, es un lenguaje internacional y cosmopolita que permite a los músicos de todos los orígenes comunicarse entre sí y hacerse entender por todos con una facilidad que las palabras no consiguen.

La vida del bluesman sigue siendo tan dura como cuando sus bisabuelos trabajaban en los campos de algodón a pesar del éxito de algunas figuras, de los inagotables revivals, del continuo reconocimiento por parte de los grandes del rock y de todas las exégesis mediáticas. Casi todos se han pasado la vida trasnochando con su música en bares y clubs de baja estofa y desgastándose en carreteras, con más tabaco, alcohol y sustancias en el cuerpo que comidas calientes.

El régimen liberal de Estados Unidos deja desprotegidos a los músicos pobres, enfermos y viejos. Una situación que sin duda no va a mejorar tras la victoria de Donald Trump.

Tim Duffy, folklorista y guitarrista establecido en Carolina del Norte, tomó conciencia de esta injusta situación y con Denise, su esposa, puso en marcha la Music Maker Relief Foundation, organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo preservar la tradición musical del Sur a través de sus artífices y asegurar que sus voces no sean silenciadas por la pobreza, la enfermedad y la vejez.

“No quiero dinero, quiero bolos”

 “Asegurémonos de que pueden comer”: el lema de la fundación indica bien a las claras lo dramático de la situación. Cuando Tim empezó sus contactos con veteranos del blues para ofrecerles ayuda, la respuesta más habitual era: “No quiero dinero, quiero bolos”.

Music Maker Relief ayuda a los artistas a desarrollar su talento y a desenvolverse en la industria del disco. La fundación actúa como agencia de booking y promoción, ha editado unos 150 álbumes y mantiene un archivo multimedia de valor histórico. Finalmente, la organización de Tim y Denise se preocupa de proveer a los artistas más necesitados de dinero, medicamentos y cuidados.

Jackson Browne, Bonnie Raitt, Taj Mahal, Pete Townshend, Don Wats los desaparecidos Levon Helm y B.B. King prestaron su apoyo al proyecto desde sus orígenes en 1994. También cuentan con el patrocinio de varias agencias estatales, marcas comerciales, discográficas como Fat Possum Records y otras fundaciones lo mismo que infinidad de donantes particulares.

Albert White, Ardie Dean, Alabama Slim, Lil’ Joe Burton, Robert Finley, Robert Lee Coleman y Nashid Abdul-Khaaliq  forman la Music Maker Blues Revue que visitará España los días 11, 12 y 13 de noviembre. Siete nombres que seguramente solo reconocerán los más obsesivos fans del blues pero que, bien tocando en el porche para sus familias, en pequeños clubs mugrientos para clientes alcoholizados o recorriendo los mejores escenarios del mundo con James Brown, Percy Sledge, Joe Tex, Ray Charles, Junior Wells, B.B. King, Ernie K-Doe, Bo Diddley, Taj Mahal, Greg Allman o los Tams son los protagonistas olvidados de medio siglo de historia de una música que ha cambiado la vida de mucha gente porque nadie que la escuche puede evitar quedar profundamente conmovido.

La Music Maker Blues Revue visitó nuestro país en 2011 y, lo mismo entonces que ahora, asistir a sus conciertos constituye la ocasión de  encontrarse con el blues en estado puro, sin frituras de marketing ni aliños promocionales, hecha por maestros que han dedicado su vida a esos 12 compases mágicos porque tal vez sea lo único que poseen.

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