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LOS DISCOS DE LA SEMANA

Depresión y muerte en el regreso de un histórico del rock, Peter Perrett

Luis J. Menéndez

Peter Perrett

How the West Was WonDomino / Music As UsualPOP★How the West Was Won

8/10

How the West Was Won supone el retorno de un histórico del rock, además de su primer álbum en solitario. Al frente de The Only Ones, Peter Perrett enseñó al punk británico sus vínculos de sangre con el power-pop, además de hacer evidente su pasión por los clásicos. Eso fue antes de caer atrapado en una espiral de drogas y descontrol: hace diez años The Only Ones anunciaron un regreso que se fue al garete cuando encontraron a Perrett al borde de la muerte por los excesos con el crack y la heroína.

A su paso por Madrid en gira promocional, Perrett explicaba que tras aquel fugaz experimento a mitad de los noventa y bautizado The One, ha sobrevivido como buenamente ha podido trapicheando en un Londres que nada tiene ya que ver con la capital del rock que conoció en su juventud. Así las cosas, este ejercicio de autoreivindicación que es How the West Was Won tiene algo de milagro.

La depresión y la muerte sobrevuelan las letras de un álbum que en lo musical suena a todo lo contrario, vitalísima y emocionante, una resurrección en toda regla. En lo musical le acompañan sus hijos Jamie y Peter Jr. y la compañera de estos en su propio grupo, Strangefruit. No es el único guiño familiar: “Si pudiera vivir toda mi vida de nuevo volvería a elegirte otra vez”, canta en An Epic Story en una evidente alusión a su compañera de triunfos, derrotas y adicciones, Xenoulla “Zena” Kakoulli, con la que se casó en 1970. Emocionante.

 

Coldcut & On-U-Sound

Outside the Echo ChamberAhead Of Our Time / [PIAS]DUB★Outside the Echo Chamber

7/10

Por si la unión de los británicos Coldcut (padres del trip hop y capos del influyente sello Ninja Tune) con On-U-Sound (o lo que es lo mismo, Andrew Sherwood) no fuera suficiente, a la fiesta de este Outside the Echo Chamber se les unen Lee Scratch Perry, Junior Reid, Roots Manuva y un largo etcétera de músicos de primerísimo orden, mayormente vinculados a la escena dancehall. El resultado es un disco de reggae electrónico, en el que, desde esa premisa, se bascula entre estructuras clásicas y otros sonidos de corte más contemporáneo.

Los principales experimentos son precisamente aquellos en los que Coldcut y Sherwood se las apañan ellos solos, instrumentales delirantes (Aztec Riddim), de corte industrial (Metro, arrimándose a The Bug) o que miran a la cara a estrellas interplanetarias como Major Lazer (Livid Hip Hop). La sensación es que el partido cae más del lado de Sherwood que del de Coldcut, pero más allá de la atribución de méritos, el tiempo empleado en este divertimento ha merecido la pena.

 

Der Plan

UnkapitulierbarBurau B / Gran SolELECTRÓNICA★Unkapitulierbar

7/10

Sin el aura mítica de la generación krautrock, la nueva ola germana dio igualmente muestras de genio y, en algunos casos (el de Einstrzende Neubauten es el más evidente) incluso ha terminado teniendo una vida mucho más larga. Aún sin ser del todo comparable por su carácter guadianesco, la carrera de Der Plan también llama la atención por su longevidad.

Formados en 1979, en los tempranos ochenta por sus filas pasó la plana mayor de la nueva ola germana, músicos como Kurt Dahlke, Robert Görl o Chrislo Haas, que en paralelo o de forma transversal conformaron la aristocracia protoelectrónica en bandas como D.A.F. o Liaisons Dangereuses. De todas ellas Der Plan siempre fue la más divertida, una suerte de franquicia germana del avant-pop jocoso de los Residents.

Der Plan están de vuelta trece años después de su último disco, que a su vez había supuesto el retorno de la banda tras una década de parón. Y no sólo eso, para la ocasión Moritz R., que se mantenía como único miembro original de la banda, vuelve a reclutar a otro de sus fundadores, Frank Fenstermacher, y al que posiblemente haya sido el músico más carismático de cuantos pasaron por ella, Kurt Dahlke. Su sentido del humor sigue intacto (sólo hay que atender a la portada que les convierte en iconos de la Revolución Francesa) e igualmente el adn musical de la banda. Juguetones, divertidos y deliciosamente anacrónicos.

 

Fieldhead

We’ve All Been SwimmingHome Assambly MusicELECTRÓNICA★We’ve All Been Swimming

8/10

Los americanos podrán haber inventado el techno y el house, los alemanes tienen a Kraftwerk y Berlín, pero hay un elemento difícil de definir en la música electrónica que se lleva practicando desde hace cuarenta años en Inglaterra que la hace única. Me refiero a ese hilo invisible que conecta a Brian Eno y Clark y que se traduce en un sonido melancólico a la par que poderoso, que a menudo se ha vinculado a la bruma habitual en tierras británicas.

El quinto álbum de Fieldhead (aka del músico natural de Leeds Paul Elam) se sumerge de lleno en un sonido que habitualmente vinculamos a sellos como Warp y Ghost Box y el resultado es un álbum magnífico, autorizado para (casi) todos los públicos, electrónica enteramente instrumental y de fuerte calado emocional. Pedacitos de vida que, por si aún hubiera lugar a la duda, Elam titula Meet Me Somewhere Central o How Much I Love The Sea, como quien juega a mirar dentro de las casas para imaginar otras vidas.

 

Floating Points

Reflections – Mojave DesertPluto / Music As UsualELECTRO-JAZZ★Reflections – Mojave Desert

7/10

Tras el éxito de crítica y público de su disco de debut Elaenia (Pluto, 15) Samuel T Shepherd retorna con un EP de cinco temas cuyo lanzamiento prácticamente coincide con su presencia en el festival madrileño Mad Cool. Si en aquel disco el músico y doctor en neurociencia trazó un mapa sonoro de nuestras ciudades a primerísima hora de la mañana, en esta ocasión Shepherd se ha ido al desierto de Mojave a buscar inspiración en medio de la soledad con un paisaje de western crepuscular. Es la primera de una serie de grabaciones que está previsto que lleve a cabo en diferentes partes del mundo.

El resultado de ese choque entre el urbanita y la brutalidad de la naturaleza son 26 minutos de música que basculan entre las grabaciones de campo (en el tema de apertura, bautizado como el desierto que lo inspira), el minimalismo electrónico de Kites y Lucerne Valley, y dos largos temas de corte progresivo en los que, acompañado de guitarra, bajo y batería, se debate entre la furia y la calma. Todo esto viene acompañado de un vídeo obra de Anna Diaz Ortuño que muestra a la banda interpretando los temas en el desierto.

 

Kitchens Of Distinction

Watch Our Planet CircleOne Little Indian / Popstock!POP★Watch Our Planet Circle

6/10

En las notas interiores de este box set recopilatorio los componentes de Kitchens Of Distinction reconocen que desde el minuto uno, bautizando con ese nombre al grupo, decidieron dispararse una bala en el pie. A partir de ese momento la banda estaba predestinada a jugar en la segunda división del pop independiente británico de finales de los ochenta y los primeros noventa.

Posiblemente tampoco ayudara la abierta homosexualidad del cantante y letrista de la banda, Patrick Fizgerald, en un momento en que la sociedad y sobre todo el gobierno británico mantenían una lucha abierta contra esa opción sexual: el famoso Artículo 28 de la Local Government Act de 1986 directamente censuraba cualquier promoción de lo gay como forma aceptable de vida. La respuesta del grupo a esta psicosis generalizada vinculada a la plaga del SIDA fue reivindicar a Jean Genet utilizando uno de sus poemas para su primer single, Prize.

Formados en Londres en pleno apogeo del sonido Madchester, su actividad se alargó hasta aproximadamente los años del brit-pop. Obviamente en ninguna de esas oleadas encajaba la romántica música de Kitchens Of Distinction, crecidos al calor de Echo & The Bunnymen, Cocteau Twins y la rama más estilizada del sonido afterpunk. A partir de una estructura clásica de guitarra, bajo y batería, el trío confiaba buena parte de su apuesta a la habilidad de Julian Swales a las seis cuerdas para levantar muros de sonidos que anunciaban la llegada del shoegaze como género.

Antes de su disolución en 1996, la cosa dio para cuatro discos de repercusión decreciente y para una reunión en 2013 que llegó de la mano de un nuevo trabajo, el único que se queda fuera de este precioso boxset en la línea de los que suele publicar el sello 4AD de sus grupos clásicos. Junto a esos álbumes de la etapa clásica el lanzamiento se completa con un quinto disco con caras B y un sexto con sus grabaciones en los estudios de la BBC, además de un magnífico libreto de 36 páginas.

 

Laurel Halo

DUSTHyperdubELECTRÓNICA★DUST

8/10

“Hay mucho peso en la palabra ‘polvo’, en términos de proceso de cambio, proceso de transición, o un proceso de resolución”. Estas palabras de la norteamericana Laurel Halo a propósito del concepto que articula su tercer álbum de alguna forma sintetizan el misterio de su música. Efectivamente las “canciones” de Laurel Halo se asemejan a motas de polvo en suspensión que se mueven caprichosamente al ritmo de imputs inesperados como pitidos, zumbidos ocasionados por las interferencias de un móvil o señales sonoras que identificamos con nuesto mundo informatizado.

Cuentan con estructuras rítmicas más o menos constantes, una línea vocal clara que escupe frases igualmente sugerentes, no menos caprichosas, y diferentes líneas melódicas en las que incluso podemos identificar instrumentos clásicos como el saxofón, un piano Wurlitzer o el cello. Y a pesar de

ello resulta complicado identificar con el pop a una propuesta transversal, por la que se cuelan ecos del jazz, la música africana o aquella otra de inspiración cinematográfica. En esta ocasión además cuenta con colaboraciones a cargo de Julia Holter, el Shit And Shine Craig Clouse y una serie de nombres relacionados con el avantgarde norteamericano. Sigue dando razones para vincular su trabajo con el de ese gigante llamado Arthur Russell.

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