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Cuatro notas, un piano y cinco cantantes para una gran ópera en los Teatros del Canal

Cuatro notas, un piano y cinco cantantes para una gran ópera en los Teatros del Canal

EFE

Madrid —

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Cuatro notas, Re, La, Mi y Si, moldeadas para que parezcan infinitas, un pianista y cinco cantantes son suficientes para el montaje de “La ópera de cuatro notas”, obra de Tom Johnson adaptada por Paco Mir para los Teatros del Canal.

Esta “pequeña joya musical”, según Paco Mir, lleva recorriendo el mundo con gran éxito desde hace más de cuarenta años y tiene la particularidad de que cada director de escena tiene absoluta libertad de crear, ya que el libreto carece de acotaciones.

Compuesta en 1972, el propio autor consideraba que cada director debería hacerla diferente, en parte absurda, en parte minimalista, en parte satírica y en parte comedia al tratarse de una obra con muchas caras que puede representarse “desde la más modesta de las aproximaciones a las más exuberantes”.

Y así lo ha hecho Paco Mir, con total libertad creativa en la que ha jugado con los cinco personajes que parodian las cinco voces de una ópera -soprano, mezzosoprano, tenor, barítono y bajo- “observadas todas ellas por el atento metrónomo de un pianista que interpreta una partitura concebida originalmente para piano”.

El propio Johnson (Colorado, EE.UU., 1939) sostenía que el acompañamiento no debería ser orquestal “en ningún caso”, ya que consideraba que la única razón por la que la mayoría de las óperas suenan desoladoras con acompañamiento de piano “es porque la música fue escrita originalmente para orquesta”.

La única acotación puesta por el autor fue, ha recordado hoy Mir durante la presentación de la pieza, “que los cantantes deben estar completamente inmóviles durante la escena final”, como se indica en el texto.

La historia, en la que el humor extremo y el drama se dan la mano, saca a la luz en forma de sátira la trastienda de una ópera; las pugnas, las contiendas, la relación entre los cantantes. La acción transcurre en una zona de los camerinos de un auditorio, por la que los cantantes, dándose vida a sí mismos, merodean mientras ponen sobre la mesa sus propias mezquindades.

El primer contacto de Paco Mir con la obra fue a principios de siglo en París, en una función matinal del Teatro de la Bastilla, y “enseguida” tuvo ganas de hacerla en España, ha dicho.

“Se trata de una obra muy divertida, pero que en esta producción nos ha salido todavía más divertida”, comentó el director, que ha contado “con un equipo que se ha volcado en la producción”.

Entre ellos, el director musical Manuel Coves que una vez más colabora con el miembro de Tricicle. Director Artístico y Musical de la Orquesta de la Universidad Carlos III de Madrid, Coves ha recordado que conoció esta ópera hace cuatro años y pensó “que se podía hacer con cuatro notas porque el compositor se explayaba utilizando todos los registros musicales”.

Sobre el escenario “cinco cantantes a los que se pone en los extremos vocales de sus registros. Al ser una obra minimalista se caracteriza por la forma rítmica. Es bastante difícil para los cinco cantantes y para el pianista”.

Estos son la soprano Ruth Iniesta; la contralto Ana Cristina Marco, el tenor Francisco Sánchez, el barítono Axier Sánchez, el bajo Francisco Crespo y al piano Javier Carmena.

Con “La ópera de cuatro notas”, los Teatros del Canal “inician el grueso de su programación lírica del año”, ha comentado el intendente del centro Jorge Culla, quien ha recordado que su primer contacto con la pieza fue en 19876 en Valencia.

“Desde que la descubrí siempre he estudiado la posibilidad de poderla realizar y hace un par de años se lo comenté a Albert Boadella. Creo que es una pieza perfecta para el público familiar”, ha explicado Culla.

En esta opera minimalista que en esta ocasión es “un poco MIRimalista”, según su director, el público podrá disfrutar del 8 al 19 de abril de un espectáculo musical divertido, con unos textos irónicos que dejan clara la rivalidad entre cantantes.

Por Mila Trenas

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