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Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.

'Sleepy Hollow': el Apocalipsis no acabó en desastre

Los protagonistas de 'Sleepy Hollow'

Miriam Lagoa Vidal

Sleepy Hollow era una serie que tenía todas las de perder. Cuando se presentan las novedades de la temporada estadounidense, las propias cadenas y muchos espectadores son conscientes de que menos de la mitad logrará llegar viva a la segunda temporada. Este año parece que el miedo a ser la primera en cancelar recorre las principales netwoks estadounidenses, como recoge este artículo de la revista Time, y por ahora solo ABC se ha atrevido a romper el hielo confirmando la muerte de Mahattan Love Story. Otros años a estas alturas, el balance de víctimas que se habían cobrado las malas audiencias era mucho mayor.

Sleepy Hollow, que regresa este jueves a Fox, se propuso desafiar los malos augurios antes de su aterrizaje en la parrilla. Encabezaba muchas quinielas sobre cuáles serían las primeras sacrificadas de la temporada. Cuando las adaptaciones nacidas del cine se empezaban a poner de moda, Sleepy Hollow se presentó ejecutando un triple salto mortal: trasladar a la actualidad el famoso relato de Washington Irving, haciendo que Ichabod Crane, el jinete sin cabeza y el Apocalipsis camparan a sus anchas por el Sleepy Hollow del siglo XXI.

Lo que vino después la convirtió en una de las series revelación de 2013 por su mezcla de trama policial con casos sobrenaturales, cuentos de brujas, pasajes bíblicos, leyendas urbanas y un sentido del humor que muchas veces se apoya en que Sleepy Hollow es la primera en no tomarse demasiado en serio.

El mérito hay que dárselo a unos guionistas que han sabido soltarse la melena y a la gran química de los dos personajes principales: un transformado Ichabod Crane (Tom Mison) y la teniente de policía Abigail Mills (Nichole Beharie). Solo así se entiende que haya funcionado tan bien el punto tan partida tan loco: Ichabod Crane, profesor universitario y soldado en la Guerra de la Independencia americana, vuelve a la vida 250 años después de morir en el campo de batalla en un enfrentamiento con el famoso jinete al que deja sin cabeza. Se reencuentran en el presente, convertidos en las primeras señales de la inminente llegada del Apocalipsis.

A partir de ahí vía libre para explotar al máximo el componente sobrenatural de la historia, que a veces parece un cruce entre Fringe (serie de la que proceden dos de sus creadores) y Supernatural, y los momentos cómicos que generan los problemas de Ichabod Crane (un profesor universitario procedente del siglo XVIII) con el mundo moderno. En muchas series, la misión de ser el alivio cómico se encomienda a un personaje secundario, pero aquí es Ichabod el que, en medio de una batalla entre el Bien y Mal, tiene problemas con los envoltorios de plástico, Internet y los móviles, las tarjetas de crédito, el código de vestimenta, el consumismo salvaje de la sociedad del siglo XXI...

Sleepy Hollow presume como pocas de su calificación de serie palomitera y en la segunda temporada, que llega este jueves a Fox, sigue jugando con la fina línea que separa el entretenimiento sin complejos del petardeo. Ya no tiene a su favor el factor sorpresa pero le queda todo lo demás. Después de todo, el Apocalipsis no tenía por qué acabar en desastre.

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