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Los escultores de dinosaurios se forman en Teruel

Los escultores de dinosaurios se forman en Teruel

EFE

Teruel —

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Los dinosaurios saltan de los libros de ciencia a la vida real gracias a su trabajo, que tiene mucho de ciencia pero también de creatividad. Son los llamados paleoartistas, escultores que consiguen hacer réplicas exactas de fósiles o corpóreos de grandes dimensiones.

Con el asesoramiento de los paleontólogos y en el espacio que ofrece la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel Dinópolis, el trabajo de estos artistas es “el reflejo del estudio del paleontólogo y una gran herramienta para divulgar”, explica a Efe Alberto Cobos, paleontólogo de la Fundación.

Y es que la Fundación Dinópolis, dependiente del Gobierno de Aragón, ha tenido muy claro desde el principio que tan importante era encontrar los fósiles y estudiarlos como contarlo a todos, de la manera más sencilla posible.

El trabajo de estos artistas ha cobrado por ello una gran importancia con los años en una provincia como Teruel prolija en fósiles, que ha permitido describir hasta diez nuevas especies a nivel mundial.

Todo ese trabajo se da a conocer a través del parque temático de Dinópolis en Teruel y sus centros satélite distribuidos en la provincia, donde se exponen buena parte de las obras de estos artistas, tanto de las réplicas como de esculturas de grandes dimensiones que ponen cara, ojos y piel a estos grandes animales.

Todo comienza con el hallazgo de los fósiles y el estudio minucioso que hacen los paleontólogos, un trabajo de años en muchos casos: “Investigamos y describimos a partir de pocas piezas que suelen estar muy fragmentadas”, dice Cobos, y “lo que falta lo relacionamos con otros dinosaurios del mismo grupo”.

Con este trabajo se puede hacer una estimación sobre el peso y la longitud, ayudados también por las huellas que por ejemplo, dan información sobre las patas y la manera de andar de los animales.

Para hacer réplicas de fósiles originales utilizan moldes y, a partir de ellos, recrean las piezas que faltan para conseguir un esqueleto completo, a partir de materiales como corcho blanco y resinas.

“Tienes que modelar cada hueso, todo tiene que casar entre sí y, si hay alguna pieza original que estaba deformada, hay que reconstruirla igual”, explica a Efe Daniel Ayala, restaurador de la Fundación.

El trabajo digital ayuda mucho, porque permite “visualizar cómo podrían llegar a quedar las cosas, pero siempre hay un trabajo manual”.

Lo más difícil es el trabajo de modelaje y el montaje luego de las réplicas, con estructuras de hierro que quedan ocultas pero que tienen que soportar el peso y conservar la forma.

Ayala participó en la reconstrucción de la parte delantera del Turiasaurius, la estrella del centro de interpretación de la pequeña localidad de Riodeva (Teruel), donde fue hallado este dinosaurio, el más grande de Europa.

Y a partir de este trabajo, el equipo de la Fundación concluyó hace poco la reconstrucción del esqueleto de un ejemplar de este gigante europeo, de 30 metros de longitud, que pudo verse en la muestra titulada “Mega-dinosaurios 2015, el misterio de los dinosaurios gigantes”, que se expuso en Japón.

La Fundación ha puesto en marcha escuelas taller para profundizar en esta formación, pero “aprendes sobre la marcha, buscando soluciones a cada problema”, añade Ayala.

Otra vertiente de su trabajo es la reconstrucción de cuerpos de dinosaurios, de los que pueden verse varios ejemplos en el parque turolense.

El último y más espectacular es el del gigante de Riodeva, reconstruido a tamaño real en el parque para que los visitantes pueden pasear bajo sus patas y fotografiarse.

“A veces en el campo encontramos impresiones que nos permiten saber cómo era la piel”, pero el color, añade Cobos, es muy difícil conocerlo y ahí entra la creatividad del paleoartista que hace la reconstrucción.

La dificultad para construir estos ejemplares radica en los materiales, que deben ser elegidos teniendo en cuenta si se va a exponer al aire libre o no y adecuados al tamaño.

En esto, además, también hay tendencias, y las reconstrucciones actuales no tienen nada que ver con las primeras de 1854 en Londres: “Es lo bonito de la paleontología, que es una ciencia viva, que da lugar a la interpretación”.

Eso hace que hoy en día a los carnívoros se les represente con plumón, con aspecto de pájaro porque se ha comprobado que estaban directamente relacionados con los pájaros.

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