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La inteligencia neozelandesa espió ilegalmente a Dotcom más de lo admitido
El espionaje ilegal que la agencia de inteligencia de Nueva Zelanda practicó contra el informático alemán Kim Dotcom, acusado de piratería informática, se alargó dos meses más de lo inicialmente admitido, informó hoy la prensa local.
La Oficina Gubernamental de Seguridad en las Comunicaciones (GCSB) interceptó comunicaciones entre Dotcom, su entonces esposa Mona y su socio, Bram van der Kolk, para ayudar al operativo del FBI contra el fundador del portal de descargas Megaupload.
La operación culminó con la detención del empresario en su mansión en Auckland en enero de 2012 pero según un fallo de la Alta Corte de la semana pasada, GCSB reconoció que mantuvo el espionaje hasta marzo de ese año, indicó el diario New Zeland Hearald.
La GCSB, cuyas funciones se limitaban a investigar a extranjeros, aseguró que desconocía que Dotcom y Van der Kolk, de nacionalidad holandesa, tenían permiso permanente de residencia en Nueva Zelanda y por lo cual no podían ser investigados.
El escándalo llevó al entonces primer ministro, John Key, a pedir disculpas a Dotcom y a iniciar una reestructuración de la agencia de espionaje, incluida la dimisión de su director.
El informático, por su parte, presentó una demanda por daños aun en curso en la que está incluido el actual primer ministro, Bill English, quien supuestamente fue informado de la ilegalidad del espionaje.
El caso de espionaje ilegal es una de las ramificaciones del vasto proceso legal para la extradición del informático y tres de sus socios a Estados Unidos, donde se les reclama por piratería informática.
Las autoridades estadounidenses creen que Megaupload, que llegó a tener 50 millones de usuarios, logró un beneficio de unos 175 millones de dólares (160 millones de euros) por supuestamente alojar material ilegal.
Hasta ahora, de los siete miembros de Megaupload imputados en EEUU solo ha sido condenado el programador estonio Andrus Nomm, al que le impuso una pena de poco más de un año de cárcel en ese país, que ya ha cumplido, tras admitir que violó los derechos de autor.
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