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Con su tercer disco, estos sí son “los putos Sexy Zebras”

Con su tercer disco, estos sí son "los putos Sexy Zebras"

EFE

Madrid —

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“Rock and roll en la puta cara”, cantado en español pero con vocación internacional y “un disco de 'riffs'” con un sonido “supermegadirecto”, ese es el nuevo álbum de la banda madrileña Sexy Zebras, el que mejor plasma el innegable gancho en directo de este trío con las mejores canciones de su carrera.

Será por ello que, aun siendo el tercer trabajo de su discografía, “Hola, somos los putos Sexy Zebras” (Vagabundos Records) tiene mucho de carta de presentación, desde el título mismo, que, “más que prepotencia, es un ejercicio de autoafirmación”, dicen sus autores en una entrevista con Efe.

“Ahora encontramos que la banda es lo que nos imaginábamos que podía llegar a ser”, afirman ante el que es el segundo trabajo lanzado con su propio sello, tras las “malas experiencias con la industria” de su debut, “Nada Más Lejos de la Realidad” (2011), del que “reniegan” completamente.

Mucho ha cambiado su sonido desde entonces, ahora crudo, garajero, “más radical”, en busca de un puesto “en la liga del rock internacional”, aunque se hayan criado en el barrio de Hortaleza y canten en castellano, con apuntes de funk y “rap metal”.

“Los directos son el motor de nuestra evolución. Cuando éramos malísimos, nos echamos a la carretera a tocar y empezamos a crecer, hasta que nos dimos cuenta de que era lo que más gustaba de nosotros, el punto culminante donde nos hacemos reales, abriéndonos en canal. Es donde tiene sentido lo que hacemos”, opinan.

Su nuevo álbum recoge ese espíritu gracias a una filosofía de grabación de directo, “sin trampa ni cartón”, aplicada a unas canciones más sólidas por una mayor “autoexigencia y humildad” para filtrar los 25 temas iniciales y quedarse solo con los realmente “buenos”.

Estos, además, tienen mensaje. “Solo somos leña para la máquina”, denuncian en uno de los cortes, ante la constatación de que, “tal y como está el sistema, parece no haber escapatoria; todos lo alimentamos”, lamentan.

En contraposición, el trío madrileño se empeña en ofrecer “un mensaje de verdad” con pequeños movimientos de insurgencia, el primero, el consabido título. “La industria está infestada de convencionalismos y, si te sales del guión, pareces agresivo, pero no deja de ser una expresión coloquial”, defienden.

En segundo lugar, con su aspecto físico. Se raparon la cabeza a pocos días del lanzamiento del disco, “algo divertido y arriesgado para que la gente solo se fije en la música”.

En “Búfalo blanco” hablan “del sueño de una revolución pacífica y de un progreso auténtico”, pero, mientras llega, mientras el rico sea más rico y el pobre más pobre, en su tema “Salvajes” proponen bailar como ídem.

“Hay pocas alternativas posibles más, lo que cantamos es que la gente haga lo que quiera y que sea libre, que no se dé todo por supuesto. Que celebremos que estamos vivos”, cuentan.

En esa línea festiva no exenta de ironía y sarcasmo, el álbum se cierra con “Hijo de puta”, un tema para sacudirse las energías residuales saltando sin parar, que recuerda al tema más emblemático de los mexicanos Molotov, aunque se sintieran más influidos por Rage Against The Machine.

Su gira sigue en marcha, y Sexy Zebras tocarán mañana en la sala Joy Eslava, el día 15 en Valencia (sala Wah Wah), el 22 en el 101 Club de Londres y el 4 de julio en Pulpop, Roquetas de Mar (Almería), antes de tocar en agosto en el Sonorama de Aranda de Duero (Burgos), tras convertirse el año pasado en uno de los hallazgos de la famosa plaza del Trigo de este festival.

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