La tradicional fiesta de la cerveza de Múnich viaja a Madrid

La tradicional Oktoberfest, la fiesta de la cerveza de Múnich, ha viajado este año a Madrid donde más de 13.000 personas podrán degustar, a partir de hoy, 80.000 litros de cerveza especialmente fabricada para esta cita, 35.000 salchichas y 7.000 codillos, entre otras especialidades gastronómicas alemanas.

El que los madrileños y los visitantes de la capital española pudieran disfrutar de la Oktoberfest sin desplazarse a Múnich fue el objetivo que llevó a Paulaner (una de las cervezas oficiales de la cita alemana) a idear esta fiesta que se prolongará hasta el próximo domingo.

Según ha explicado hoy a Efe el director de relaciones internacionales de Heinneken, la organización ha realizado un gran esfuerzo para reproducir el mismo ambiente de la Oktoberfest de Múnich en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, bautizado con el nombre Barclaycard Center.

Tal y como hace cada año el alcalde de Múnich, el tenista Fernando Verdasco será el encargado de inaugurar la fiesta esta tarde, espitando el primero de los 1.600 barriles de cerveza.

Una cerveza que se realiza especialmente para la Oktoberfest, que se podrá beber a la forma de Múnich, en los tradicionales bancos y mesas de 4 u 8 personas, acompañada de la comida típica de Baviera, traída desde Alemania, mientras se escucha la música en vivo de ambos países.

Aunque las reservas han agotado ya las más de 270 mesas disponibles en cada sesión, el público que no disponga de ellas podrá acudir al espacio de “La Terraza del Oktoberfest” para degustar estos productos, ha explicado Mazo.

Otra de las tradiciones que se podrán vivir en esta cita es el brindis cada hora con el “prost” alemán, ha señalado Mazo, que ha insistido en que han tratado de ser “lo más fieles posibles” a la genuina fiesta de Múnich, que se celebrará la próxima semana.

La Oktoberfest, que en la actualidad visitan 6 millones de personas, surgió en 1810 con motivo de la boda del príncipe Luis de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Hilburghausen.

Con algunos parones (como las causadas por las dos Guerras Mundiales y la hiperinflación que sufrió Alemania entre 1923 y 1924), desde 1946 la fiesta se ha realizado ininterrumpidamente aunque tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se prescindió del tradicional ritual festivo del primer jarro de cerveza.