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César Sánchez dejará la alcaldía de Calp y mantendrá la presidencia de la Diputación de Alicante

César Sánchez, presidente de la Diputación de Alicante.

Redacción

Dénia —

El alcalde de Calp, el popular César Sánchez, acaba de apuntalar como certeza lo que hasta ahora era un intenso rumor: que dejará la vara de mando de ese municipio antes de que concluya la actual legislatura pero permancerá al frente de la Diputación de Alicante.

Según el diario El Mundo, que citaba fuentes «de su entorno más próximo», la renuncia de Sánchez podría producirse a finales de este año para fortalecer su posición como el principal cargo institucional que le queda al PP en toda la Comunidad frente al Consell de izquierdas. Y también para seguir progresando en su carrera política, cuyo futuro está cada vez más lejos de Calp y más cerca de València e incluso de la madrileña calle Génova: no en balde, Sánchez está en la ejecutiva nacional de los populares.

Ahora bien, ¿y qué pasa con Calp? En realidad la marcha de Sánchez de su municipio natal haría oficial algo que ya está sucediendo de facto: ejerce muy poco como alcalde de Calp. No está en el día a día del ayuntamiento, asiste a muy pocas reuniones y comisiones y tampoco va a todos los plenos o los abandona antes de tiempo, con el chófer esperándole a las puertas del consistorio preparado para trasladarle a algún otro lugar de la provincia.

En esta tesitura, no es extraño que Sánchez lleve ya tiempo barajando su renuncia a la alcaldía. Las mismas fuentes aseguraron a El Mundo que la quería hacer efectiva este mismo mes de septiembre aunque finalmente se postergará unos pocos meses más. No obstante, otras fuentes consultadas por La Marina Plaza señalan que la idea original de Sánchez era haberse ido mucho antes, durante la pasada primavera.

Si no se marchó entonces fue porque en ese interín, a principios de este 2017, se dio a conocer la famosa sentencia del Tribunal Supremo que obligaba al alcalde a readmitir a los trabajadores que él mismo había despedido en 2011.  Entonces, la oposición municipal –integrada por PSPV, Compromís y Sí se Puede Calp– exigió su dimisión y Sánchez evidentemente no podía darles la razón.

Abandonar Calp podría ser incluso un alivio para Sánchez, que no ha tenido un mandato fácil. A lo de los trabajadores se han unido otros conflictos. Dentro del ayuntamiento, el que mantuvo con los policías locales o la famosa denuncia sobre la que aún se tiene que pronunciar un juez por presunta malversación de fondos, presentada por otro integrante de la plantilla municipal. Y, ya fuera del edificio municipal, el revuelo provocado por la subida del IBI o la decisión de suprimir alturas en un entorno tan sensible como el de Les Salines.

Quién será el elegido

Ahora, Sánchez abre una «tarta» difícil de digerir: la de su sucesión. En principio, la vara de mando debía ser asumida por el primer teniente de alcalde y responsable de áreas tan capitales como Hacienda y Recursos Humanos, Manuel Cabrera, quien en realidad es el alcalde real y el que está sacando adelante el ayuntamiento. Pero Cabrera nunca se ha mostrado demasiado interesado por la vara de mando. Y Sánchez tiene en mente otras opciones.

Desde el punto de vista orgánico del PP de Calp, la mejor situada sería Ana Sala, un peso pesado en la política local , concejala de Urbanismo y, sobre todo, virtual nueva presidenta de los populares calpinos, después de que sólo ella se presentara como candidata: un síntoma claro del presunto deseo de Sánchez por promocionarla.

Pero tampoco está del todo claro. Porque Sala precisamente está sufriendo mucho desgaste en la cartera urbanística y porque en un reciente pasado se produjeron algunos movimientos extraños en las entretelas del ayuntamiento, como el hecho de que el alcalde le retirara a Sala en diciembre de 2016 una responsabilidad tan estratégica como la de Comunicación.

Así que habría otras alternativas. Por ejemplo, que Sánchez acabara por beneficiar a gente en la que ahora mismo tiene puesta mucha confianza y que pertenecería a una especie de núcleo duro de su gobierno, como es el caso de la actual concejala de Cultura, Pilar Cabrera, o de Hilde Elisa Peter Backaert, de Atención al Residente. La primera podría tener sus opciones en esta carrera.

Por otro lado, esto no es es sólo decisión del PP. Sánchez  deberá tener en cuenta la opinión de sus dos socios de gobierno, Alternativa Popular (APPC) y Gent de Calp con quienes, eso sí, las relaciones han sido estos años como una balsa de aceite. En especial con ediles de APPC como Domingo Sánchez, prácticamente un regidor popular más.

Finalmente, podría ser que César Sánchez se decantara por un munícipe de transición hasta las elecciones de 2019 para después designar como número uno de la lista del PP en esos comicios al exconcejal y antecesor de Sala al frente del PP calpino Paco Cabrera, otro hombre de su entera confianza. No en balde, la mujer de Cabrera es ahora mismo una importante asesora en el ayuntamiento.

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