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Humor ácido para retratar el fascismo

Imagen de la actuación

Moisés Pérez

Valencia —

Aunque latente y discreto, el fascismo existe. Su anclaje en la sociedad es totalmente insignificante, pero hay actitudes que siempre tienen relación con esa ideología totalitaria. La compañía El Conde de Torrefiel lleva tiempo desenmascarando ese tipo de situaciones cotidianas producto de la eterna dificultad de convivencia. Y lo lleva haciendo con su obra “Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke”. 

El humor ácido que procesan llega este fin de semana al LN3 Espai Mutant de Las Naves con esta pieza de profunda crítica social. La obra se conforma a través de diferentes historias de un grupo de jóvenes europeos y en la que aluden a esas historias y situaciones complejas. Para Pablo Gisbert, componente de El Conde de Torrefiel “lo más interesante de Haneke siempre es lo que no se dice o lo que no se ve”. 

Con una propuesta escénica híbrida que bebe del cine perturbador y sombrío del director y guionista austriaco, los actores juegan con los textos, los silencios y unas luces pensadas para crear una acumulación de sensaciones que van sucediéndose en un ritmo propio y cautivador para el espectador. En palabras de Tanya Beyeler, integrante de El Conde de Torrefiel: “Queremos mostrar cómo se puede hacer teatro con muy pocos elementos, solo con la palabra y la iluminación”

Pablo Gisbert y Tanya Beyeler encabezan el proyecto artístico El Conde de Torrefiel. Sus piezas escénicas son el resultado de una combinación entre literatura, artes plásticas y coreografía que busca trasgredir los parámetros del lenguaje verbal. Con este montaje, la compañía regresa a Valencia tras tres años de ausencia de los escenarios que los vieron nacer. “Nos hace muchísimas ilusión volver”, apuntan. 

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