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El repunte del ladrillo choca con la oposición ciudadana

El proyecto de la torre Infinium, en la playa de Calp

Sergi García

Dénia —

La Vega Baja y la Marina lideran la recuperación del sector del ladrillo en la Comunitat Valenciana. El Colegio de Arquitectos de Alicante estima que este año se iniciarán unas 7.000 viviendas en la provincia. Pero así como en las riberas del río Segura la construcción se basa en segundas residencias básicamente para extranjeros y a precios asequibles, si alguna comarca puede tomarle el pulso al sector, es la Marina Alta, donde el repunte es tan significativo como la contestación ciudadana que están generando algunas de las promociones inmobiliarias en marcha.

En Calp, la construcción del edificio Infinium, de 21 alturas y a solo seis metros de los colindantes, ha puesto en pie de guerra a los vecinos, que han llegado a plagar de pancartas contra esta iniciativa sus balcones. Allí solo se podían levantar siete plantas, pero la empresa promotora compró una parcela cercana, unida a la de la torre por un hilo de tierra de dos metros, y fue autorizada por el gobierno local, formado por el PP y dos partidos independientes, a concentrar la edificabilidad de ambos solares en una única torre vertical más propia del modelo Benidorm.

Los vecinos han anunciado acciones legales contra el gabinete de César Sánchez, alcalde de la ciudad al tiempo que presidente de la Diputación alicantina, y han denunciado que la promotora “está vaciando las aguas subterráneas con nueve motobombas que funcionan día y noche, vertiendo todo al desagüe general y sin que en esta ocasión el ayuntamiento tampoco haga nada”.

Esta nueva torre se suma a otra de 33 plantas, ya casi terminada, que es el edificio más alto de Calp, y que acogerá un hotel de 232 habitaciones. Esta mole tapa la visión del principal símbolo del municipio, el Penyal d’Ifac, desde algunos ángulos del municipio.

En Dénia, vecinos de la zona de Les Marines se han movilizado para frenar una promoción de 20 metros de altura a solo 20 metros de la línea de costa, en primerísima línea de Blay Beach, que cada año pierde toda su arena en cuanto llega el primer temporal de invierno y el agua acaba invadiendo parcelas unifamiliares y caminos públicos. La consecuencia es que de la misma forma, cada vez que esto sucede, hay que invertir miles de euros en regenerar el arenal.

Y la cuestión es que el gobierno local dice que no puede hacer nada porque la clasificación y calificación del suelo es anterior a la Ley de Costas, lo que le permite eludir los 100 metros de servidumbre marítimo-terrestre que se deberían respetar ahora. El estado de esta playa es tan preocupante que un informe de 2015 del propio ministerio de Medio Ambiente la calificó como de “grave deterioro”, lo que debía favorecer, según el mismo documento, actuaciones “de alta prioridad para evitar su regresión”.

La construcción de estos apartamentos de lujo al borde del mar en la playa del Blay Beach cuenta incluso con el rechazo de dos de las principales organizaciones ecologistas, Greenpeace y WWF, que han reclamado la inmediata paralización del proyecto, aunque la empresa promotora ha anunciado el inminente inicio de las obras.

El repunte

El número de visados de nuevas viviendas se ha multiplicado este año en la Marina Alta. El caso más espectacular es el de Xàbia, donde se ha cuadruplicado con respecto al de 2015 hasta alcanzar los 221 visados frente a los 54 del año pasado. También es boyante la situación del negocio inmobiliario en Calp, que triplicó el número de permisos tramitados ante el citado colegio para construir nuevos inmuebles: este año la localidad del Penyal ya va por los 180, frente a los 60 de 2015.

Aunque en Dénia, la ciudad más poblada de la comarca (42.000 habitantes) solo se han tramitado 64, Benitatxell i Teulada-Moraria ya llevan 53 visados cada uno.

Preocupación

La alta ocupación que registró la Marina Alta el verano pasado provocó que algunos lugares emblemáticos de la comarca alcanzara niveles de saturación próximos al colapso. Municipios como Dénia o Xàbia se han planteado, incluso de cara a la siguiente temporada alta, virar hacia un modelo más sostenible, lo que implicará la adopción de medidas restrictivas.

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