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El Gobierno desoye las críticas de Puig a las “élites centralistas” por los presupuestos

Ximo Puig e Iñigo de la Serna, en el Palau de la Generalitat.

Voro Maroto

El presidente de la Generalitat y el ministro de Fomento han mantenido una reunión “amable” sobre la racanería de las inversiones del estado para la Comunidad Valenciana en 2017 que ha sido tan cordial como, en principio, poco productiva: Íñigo De la Serna ha abandonado el Palau de la Generalitat sin asumir compromisos de calado con la administración valenciana.

Así lo ha dejado entrever Ximo Puig. El presidente de la Generalitat ha recibido a De la Serna, de gira por varias autonomías para intentar aplacar las críticas por las inversiones de su departamento para 2017. Le ha trasladado al representante del gobierno sus clásicas quejas: el Estado ahoga a la Comunidad Valenciana con la infrafinanciación y la falta de inversión.

El proyecto de presupuestos para 2017 -aprobado por el Consejo de Ministros a la espera del trámite parlamentario- lejos de mejorar el trato a los valencianos, lo empeora: la Comunidad Valenciana es la que menos inversión por cápita recibe de toda España.

“Los motores de la administración pública que deberían tirar de la economía, el estado y la Generalitat, están gripados”, ha explicado Puig. “En los últimos 30 años la mala financiación autonómica y la falta de inversiones” -de las que ha culpado a las “élites centralistas”- han generado una brecha “entre la Comunidad Valenciana y España”.

A corto plazo no se avistan soluciones, aunque, según Puig, Fomento estudiará como mínimo dinamizar proyectos atascados como los estudios del AVE entre Alicante y Valencia. Por lo demás, la reunión servirá para preparar otra prevista con el mismo De la Serna el 27 de abril y la que se prevé mantener con Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno, según Puig, ha accedido a entrevistarse de nuevo con él, pero no parece que en La Moncloa estén las soluciones al problema valenciano.

De la Serna, en la Delegación del Gobierno, ha apuntado  que las consignaciones en infraestructuras que contemplan los presupuestos “son las suficientes para hacer frente a los compromisos trasladados a la Generalitat” desde el Gobierno central, al tiempo que ha indicado que en los presupuestos para 2018 se dará un “incremento sustancial” en las partidas para carreteras o ferrocarriles, informa Europa Press.

 El ministro, al menos, se ha comprometido a cumplir con las inversiones previstas.  “No va a haber un retraso de un solo día” en las obras que ya se están ejecutando y que cuentan con dotación presupuestaria para este año, asegura.

“Montar el pollo”

Mientras, según el president, el Consell sigue con sus planes: hacer visible la “marginación” perpetrada por Madrid. Los presupuestos han sido criticados con dureza por empresarios, sindicatos y todas las fuerzas políticas. Hasta el PP, con enfado indisimulado del partido en Madrid, suscribió una declaración en la que las Corts Valencianes muestran su “rechazo absoluto” a los presupuestos.

El mismo Puig no descartó “ninguna acción democrática de protesta”. La clave ahora es cómo “montar el pollo”. Hasta el momento, las declaraciones institucionales o los actos solemnes no han servido ni para resolver el problema valenciano -infrafinanciación, infrainversión, deuda histórica- ni para ponerlo en la agenda estatal.  La posibilidad de enmendar el presupuesto en el trámite parlamentario parece muy limitada, dadas las alianzas tejidas por el PP para aprobarlo y pese a que Isabel Bonig, presidenta del partido en la Comunidad Valenciana, mantenga su rebelión contra Génova.

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