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La insostenible conselleria de Economía Sostenible

El Conseller de Economía, Rafael Climent, con la exdirectora general de internacionalización, Mònica Cucarella, en la presentación de la oficina valenciana para captar inversiones.

Voro Maroto

La Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo tiene casi tantos problemas como palabras tiene el nombre. Su gestión es muy discutida por la oposición, el gobierno y los partidos que lo forman, PSPV-PSOE y Compromís, aunque éstos hacen la crítica siempre en privado.

Dirigida por Rafa Climent, un profesor de griego nombrado por el Bloc, el partido con más militantes de la coalición Compromís, estos son algunas de los problemas que ha tenido que enfrentar la conselleria llamada a liderar el cambio del modelo productivo valenciano.

Fracaso del mestizaje. Climent y su antigua número 2, María José Mira, una independiente nombrada por el PSOE, no se entendieron desde, prácticamente, el primer minuto de convivencia. La incomunicación, los reproches y los ninguneos fueron la constante en el peor ejemplo de mestizaje -la convivencia de cargos socialistas y de Compromís- del Consell. La recolocación de Mira en Hacienda solucionó el problema casi un año después Es díficil que funcione un departamento donde la cúpula ni se habla.

Dimisión de un director general, Mònica Cucarella, por el caso Gasolinera. La exresponsable de internacionalización no informó al Consell tras su nombramiento de que era apoderada de una gasolinera en Alzira. La estación de servicio había sido denunciada por contaminar y no acometer la preceptiva limpieza. Aunque Climent defendió a su directiva, finalmente cedió a la presión del gobierno valenciano: un informe de Transparencia estableció la incompatibilidad de su cargo público con su condicion de apoderada de una empresa.

Cisma entre los altos cargos. El nombramiento de Enric Nomdedéu como secretario autonómico de Empleo ha sido mal recibido por una facción del Bloc y, lo que puede ser peor, por cargos de esta corriente en la propia Conselleria de Economía. En un caso insólito -al menos, varios políticos consultados no recuerdan precedentes-, la nueva directora general de internacionalización, Mari Parra, ha firmado un comunicado contra quién será su compañero -con mayor rango- de trabajo.

El “error” de los horarios comerciale“error”s. Una de las pocas medidas de calado impulsadas por la conselleria -las restricciones a las aperturas y horarios de los grandes centros comerciales- tuvo que ser retirada en medio de un notable embrollo político y legal. La animadversión entre Climent y Mira también tuvo influencia en el fiasco, que ha enfadado incluso a los representantes de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia. Ahora, el gobierno central y Competencia amenazan con arruinar esta iniciativa y otra contra las gasolineras desatendidas o low cost.

Roces con otras partes de la Generalitat. Economía ha discutido con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por las competencias sobre Turismo o las políticas de innovación, finalmente responsabilidad del jefe del Consell. También se ha enfrentado con Hacienda por la concesión de créditos a empresas. Y ha tenido sus cuitas con el IVF, el brazo financiero de la Generalitat, por la resolución de problemas como los planteados por las ferias de Valencia o Alicante. Muchos en el Consell atribuyen a Manuel Illueca, responsable del IVF, la solución ofrecida en Feria Valencia. Será una empresa de propiedad pública pero gestión privada contra el criterio de Climent, que quería que el Consell asumiera la dirección de la compañia.

Podemos, al acecho. Mientras los problemas se acumulan, Antonio Montiel, lider valenciano de Podemos, apoyo parlamentario del Consell, ya ha sugerido que le gustaría ser conseller de Economía. Montiel critica veladamente al departamento de Climent incluso en público. “Se debe ser más decidido en economía y empleo”, ha dicho. Su entrada en el gobierno valenciano parece lejana ahora mismo y, con tantos frentes abiertos, tal vez sea el menor de los problemas de Climent.

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