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Àpunt, un conflicto generacional que pierden los jóvenes

Sergi Pitarch

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El próximo jueves 14 de septiembre se acaba el plazo para inscribirse en el proceso de selección para trabajar en Àpunt. El procedimiento, que se realizará mediante bolsa de trabajo, prima a los extrabajadores de la antigua RTVV, quienes podrán obtener hasta 26,5 puntos de 50 gracias a su antigüedad y a haber superado uno de los procesos de selección -que no oposición-. Un baremo excluyente para las personas que hayan finalizado sus estudios en los últimos años y donde el índice de paro supera el 80 %.

A partidos y sindicatos se les llena la boca sobre la importancia de que las nuevas generaciones accedan al mercado laboral. Todas las élites políticas y económicas -plagadas de hombres sesentones- repiten constantemente que sin savia nueva no hay futuro, pero continúan cerrándoles el paso. La generación tapón. La realidad es que todo son términos vacíos que hablan de los jóvenes en tercera persona sin darles voz ni dejarles ser protagonistas.

Esos menores de 30 años fueron motor de cambio en los años 80 cuando una recién nacida autonomía empezaba a caminar. Pero esos jóvenes de hace 30 años son los seniors de la actualidad y en lugar de ver a los que tienen la edad de sus hijas e hijos como aliados y ayudarles a progresar, los ven como enemigos y rivales en la obtención de un empleo.

Un ejemplo paradigmático de este conflicto generacional entre milennials y esa generación tapón es el proceso de creación de la nueva Àpunt. Era joven aquella primera plantilla de Canal 9, la del 1989. Esa remesa de periodistas y técnicos aportó innovación, fuerza, nuevas ideas y frescura. En aquella casa también había veteranos. Ahora los recién licenciados no tienen cabida en ese proyecto audiovisual pagado con dinero de todos. Esos “inexpertos”, dicen ahora algunos de los extrabajadores, nada tienen que hacer contra su experiencia y bagaje.

Más escandaloso ha sido el papel de las universidades en este proceso. En lugar de defender a sus estudiantes y recién licenciados han mantenido un silencio preocupante sobre ese baremo excluyente para sus alumnos. ¿Cómo es posible que la Universidad Miguel Hernández, la Universitat de València. la Universitat Jaume I y la privada Cardenal Herrera CEU no hayan salido a defender a sus estudiantes? Hay 451 puestos de trabajo en juego para titulados suyos en Periodismo, Comunicación Audiovisual, Publicidad y otras carreras. Y con sueldos dignos porque pertenecen al sistema público.

¿Por qué los expertos que desarrollaron la ley de la nueva RTVV que provenían de las universidades compraron a pies juntillas el argumento de la preferencia de los extrabajadores sin una sola mención a los recién licenciados?

Pero eso no ha sido lo más grave. Muchos extrabajadores de la extinta RTVV que eran profesores asociados en las universidades martilleaban a sus estudiantes con sus argumentos. El nuevo ente es suyo y esos alumnos no están suficientemente preparados para acceder, cuentan algunos de sus discípulos que les decían.

Los estudiantes y los recién licenciados deberían estar en pie de guerra y exigiendo responsabilidades a sus universidades y los que fueron sus profesores. Como siempre, los jóvenes han vuelto a quedarse solos en la defensa de sus intereses. Deberían estar en la puerta de Àpunt y sus facultades exigiendo explicaciones. En los despachos y con la excepción de la Unió de Periodistes Valencians (UPV), nadie les ha tenido en cuenta.

Por cierto, es necesario que quien quiera trabajar en Àpunt se apunte a la bolsa de trabajo aunque se mantenga el baremo. Primero porque el recurso de la UPV puede prosperar. Y segundo porque nadie sabe cuándo se convocará un proceso de selección para contratar la plantilla definitiva. Da toda la impresión, máxime cuando la directora general, Empar Marco, ha convocado por bolsa las 461 plazas, que la televisión y radio públicas funcionarán por muchos años con esa figura legal provisional. Así que quien no se presente a este proceso tendrá difícil acceder a Àpunt en el próximo lustro. Ánimo y mucha suerte.

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