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Vandalismo fascista contra el patrimonio valenciano

Una de las esfinges de Pont de Fusta, en Valencia, que ha sufrido actos vandálicos.

Adolf Beltran

Las dos figuras que custodian una de las entradas al denominado Pont de Fusta, sobre el antiguo cauce del Turia, en Valencia, han sufrido el ataque vandálico de la extrema derecha. Se trata de dos esfinges de piedra de principios del siglo XIX cuyos rostros han aparecido pintados de negro.

No es la primera vez que el vandalismo afecta a las dos figuras. Por ejemplo, en agosto de 2014, una de ellas sufrió ya una pintada similar, e incluso se le colocó un gorro de plástico. Pero en este caso, los autores han dejado su firma a escasos metros, al realizar pintadas con el mismo espray negro sobre los pretiles del antiguo cauce del Turia, que hoy delimitan el principal parque urbano de Valencia.

En las pintadas realizadas en el tramo de las denominada Alameditas de Serranos, por su ubicación frente a las torres de Serranos, puede leerse “Valencia fascista, jamás comunista” y “somos 1, no 51”, acompañadas de varias esvásticas.

Las esfinges, de autor anónomio, atacadas por el espray ultra se instalaron junto al cauce del Turia en 1838. Desde entonces cambiaron varias veces de ubicación, sin salir de esa zona del río, hasta que en 1957, tras la riada, cuando el Pont de Fusta dejó de ser de fusta, es decir, de madera, ocuparon su emplazamiento casi definitivo.

Tras la reconstrucción en 2012 del puente, que en su parte peatonal ha vuelto a ser de madera, las dos esfinges ocuparon de nuevo sus posiciones flanqueando el acceso al mismo desde las Torres de Serranos.

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