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Una cuestión de atención

José Cervera

La prensa forma parte integrante y fundamental del entramado básico de las democracias occidentales. Los periódicos nacieron como órganos de propaganda partidista, y no dejaron de serlo hasta que gentes como James Gordon Bennett y su New York Herald, y más tarde Joseph Pulitzer y Randolph Hearst con su ‘periodismo amarillo’, demostraron que ser populistas e independientes de las estructuras políticas era más rentable. Sin embargo, los medios nunca han dejado de tener querencias hacia uno u otro lado del espectro ideológico, lo cual es normal y sano siempre que no tuerza el criterio editorial más allá de los límites de la verdad. Claro que esos límites siempre se pueden discutir.

En España la situación política crispada se ha convertido en lo normal, provocando un alineamiento de los medios en dos grandes bandos; un reflejo de la situación política y social. La crisis económica han tensado todavía más las opiniones y también las finanzas de la prensa, lo que ha resultado en que ahora depende más económicamente de las estructuras políticas y la fractura se ha agrandado.

Y lo peor que tiene este tipo de situación cuando se alarga en el tiempo es que genera hábitos que acaban por parecer naturales. Como repartir la atención dedicada a los partidos políticos en función del poder que tienen o de sus expectativas electorales.

Así, desde Berlín, el lector Luis Torres Rodríguez se muestra preocupado por lo que considera un claro sesgo en las coberturas de eldiario.es. Y lo razona así:

No deja de sorprenderme el despliegue informativo que está realizando eldiario.es de la Conferencia Política del PSOE, sobre todo cuando no se realizó lo mismo, por ejemplo, con otros eventos como el Congreso de UPyD del fin de semana pasado o la Asamblea Federal de IU de diciembre de 2012.

Luis Torres piensa, además, que esta visión está superada por los acontecimientos: El panorama político español está cambiando, pero muchos periodistas siguen teniendo una concepción bipartidista de la política, algo que para nada me esperaba de eldiario.es.

Consultado el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, explica:

En eldiario.es no creemos que haya que aplicar porcentajes a las coberturas políticas. Como bien sufren en campaña las televisiones públicas, aplicar cuotas a la información según el resultado electoral de los partidos (o sus expectativas en las encuestas) acaba obligando a informar de los políticos, incluso cuando lo que dicen no tiene interés alguno.

Históricamente, es verdad que los partidos pequeños han tenido una presencia menor de la que merecían en los medios de comunicación. Desde eldiario.es no queremos caer en ese error (que probablemente también explica en parte por qué el modelo político español ha sido tan bipartidista). Sin embargo, tampoco podemos –como piden algunos lectores a través de los comentarios o las redes sociales– prestar más atención a los partidos pequeños que a los grandes como forma de compensar lo poco que aparecen en otros medios de comunicación donde su presencia no es que sea escasa: es que es casi nula.

La cobertura que hicimos de la conferencia política del PSOE del pasado fin de semana no es comparable a la asamblea federal de IU de diciembre de 2012 por dos razones. La primera, que no existe en IU un debate tan intenso sobre su liderazgo como el que hay hoy en el PSOE. Además, hace once meses, eldiario.es tenía más o menos la mitad de periodistas que hoy tiene, y nuestra capacidad (especialmente en fin de semana) era mucho más reducida. Sin embargo, informamos de aquella asamblea de IU –la cubrió la periodista Luz Sanchis–, de la misma forma que este fin de semana estamos también en el congreso del PC –lo cubre Carmen Moraga–. Pero la posición en nuestra portada de estas coberturas o el numero de noticias que publiquemos dependerá del interés informativo de lo que allí suceda, no de ninguna cuota.

El problema es, por supuesto, que la atención mediática se transforma en perspectivas electorales, y viceversa. La gente vota más a un partido del que se habla más, y este efecto puede resultar determinante sobre todo en momentos en los que el panorama electoral muestra señales de fuerte cambio, como los actuales. Las encuestas señalan que en la escena nacional los dos partidos principales que acaparaban la atención y las posibilidades de gobernar, el PP y el PSOE, están de capa caída. Y que los partidos minoritarios como UPyD e IU, que antes aspiraban a poco más que ser escuchados, ahora tienen posibilidades de convertirse en bisagras determinantes en la creación de mayorías de gobierno.

Diferentes niveles de atención de la prensa pueden influir en los votos, y por eso los estados mayores de los partidos dominantes intentan silenciar las actividades de los minoritarios y minimizar su presencia en los medios que controlan. Según explica su director, eldiario.es pretende salirse de ese marco y guiarse estrictamente por un criterio informativo, basando las coberturas en el interés de lo que se cuente y no en el tamaño del grupo parlamentario.

Pero también es cierto que el poder real que maneja un partido es crucial a la hora de determinar la importancia que merecen las noticias que genera. El impacto de una propuesta o la gravedad de una fractura interna son distintas según si el partido tiene, o no, posibilidades de gobernar. El equilibrio es por fuerza complicado y dinámico, y descubrirlo y mantenerlo una de las dificultades de dirigir un medio.

En todo caso, y afortunadamente, hoy los partidos no dominantes tienen otras opciones fuera de los medios profesionales de comunicación, y de hecho algunos de ellos (como, por ejemplo, UPyD) aprovechan muy bien las redes sociales para dar a conocer su mensaje y recordar su presencia. En estos tiempos de Internet ya es imposible que intereses políticos o económicos silencien por completo a las voces que no les interesan. Y de eso debemos felicitarnos todos.

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