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Hungría advierte que no aceptará a los refugiados que le devuelva Alemania

Refugiados de Afganistán y de Siria hacen cola para registrarse en un centro en la localidad de Presevo en Serbia, hoy, 4 de noviembre. | Efe

Efe/ Desalambre

El Gobierno húngaro ha asegurado este miércoles que no aceptará que otros países le devuelvan a refugiados que entraron en la Unión Europea a través de Hungría como establece el sistema europeo de Dublín ya que, según entiende, su aplicación ya no existe. “Dublín está muerto”, ha asegurado el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, después de que el Gobienro alemán haya anunciado el restablecimiento de este reglamento y, por tanto, la entrega de solicitantes de asilo a los estados donde han sido registrados por primera vez.

Szijjártó ha reaccionado así al anuncio de Alemania de que devolverá a los sirios que lleguen a su territorio al país por el que hayan ingresado en la UE, tal y como establece el mecanismo europeo de Dublín. El primer ministro ha argumentado que los reglamentos del sistema “no son respetados por nadie y de esta manera tampoco es justificable que se apliquen las medidas”, según ha recogido la agencia MTI.

“Es físicamente imposible que si alguien parte de Siria hacia Europa entre en la UE por territorio húngaro”, ha dicho el ministro, aludiendo a que los miles de refugiados que llegan a diario al continente por la ruta de los Balcanes tienen que pasar necesariamente primero por Grecia.

Hungría ha cerrado con vallas sus fronteras con Serbia y con Croacia y desviado hacia este país la ruta que siguen los refugiados de países en conflicto de Oriente Medio hacia Europa Occidental.

Szijjártó opinó que la presión migratoria se ha incrementado porque políticos alemanes han hecho “declaraciones irresponsable, lo que fue interpretado por los inmigrantes como una invitación”.

Más barreras a los refugiados

Mientras unos estados y otros mantienen una batalla de declaraciones sobre quién se responsabiliza de las personas que huyen de la guerra, Eslovenia ha decidido instalar “barreras técnicas temporales” en su frontera con Croacia, según ha anunciado este martes el primer ministro, Miro Cerar, que ha aclarado que esta medida no supone un cierre fronterizo.

El jefe del Ejecutivo no descartó construir una valla para poder controlar mejor el flujo migratorio que pasa por la ruta de los Balcanes, desde países de Oriente Medio hacia Europa Occidental, según recogió la agencia STA.

“La frontera seguirá abierta, pero controlada”, dijo Cerar, que especificó que esas barreras se colocarán en “zonas concretas de la frontera”, aunque argumentó cuestiones de seguridad para no dar detalles sobre cuándo o dónde se colocarán esos obstáculos.

“Como ser humano me resulta difícil decidir la instalación de esas barreras técnicas. De ninguna forma quiero una Europa con fronteras cerradas. Pero como primer ministro tengo que asumir la responsabilidad para asegurar una afluencia controlada de refugiados, impedir una catástrofe humanitaria y garantizar la seguridad”, explicó.

Esas barreras pretenden evitar que los emigrantes crucen de forma dispersa la frontera y conducirlos hacia determinados puntos de entrada. El político justificó la medida en el incumplimiento de los acuerdos de la Unión Europea (UE) para regular y controlar la llegada de refugiados.

“Los acuerdos logrados en la cumbre de Bruselas no se cumplen, el número de refugiados no disminuye”, ha explicado Cerar tras una reunión del Gobierno en la que se debatieron nuevas medidas para proteger la frontera.

Este encuentro fue convocado ante la noticia de que unos 30.000 refugiados están pasando por Grecia para atravesar Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia con el fin de dirigirse luego a Austria y Alemania. Cerar indicó que, según su información, Austria (el siguiente país de la ruta) planea reducir a 6.000 el número diario de refugiados a los que permite la entrada. Algo que podría provocar que miles de refugiados se quedaran atrapados en Eslovenia, situación que, con el frío invierno centroeuropeo acercándose, podría provocar una catástrofe humanitaria.

“La emigración es demasiado masiva para un país de dos millones de habitantes”, argumentó. En los últimos días las llegadas de refugiados habían bajado en comparación con la media de las semanas anteriores. El lunes se contabilizaron 5.300 entradas en Eslovenia.

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