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Sobre este blog

Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

Cómo comunicar la bicicleta para transformar nuestras ciudades

Un anuncio de un coche que utiliza a la bici y sus valores

Pedro Bravo

La mejor noticia sobre las Jornadas Ciudades en Bicicleta, organizadas por el Ayuntamiento de Madrid en colaboración con la Red de Ciudades por la Bicicleta y con el patrocinio de Coca Cola, es que se han celebrado. Ha sido el lunes y el martes pasados y es un síntoma de que en la capital las cosas están cambiando y ya se empieza a pensar en otras formas de moverse. Como me decía una asistente de Zaragoza, ciudad que lleva muchísima ventaja en este tema a Madrid, “los políticos y los medios están aquí”. Aunque, la verdad, no había colas ni de unos ni de otros en el Cuartel de Conde Duque y con esto entro ya en harina.

Se vieron y se oyeron cosas la mar de interesantes por parte de los ponentes (de Nueva York, París, Londres, Barcelona, Zaragoza, Sevilla…) y de los asistentes (gente de la bici de todo el país, algún alcalde y responsable municipal, técnicos) pero esta vez no voy a hacer el resumen de todo sino de la parte que me tocó. El menda fue el moderador de una mesa sobre comunicación en la que estuvieron presentes Esther Anaya, experta en movilidad que hizo una estupenda presentación previa sobre prácticas buenas, malas y regulares, Pablo León, de El País, Rafa Vidella, de la revista Ciclosfera, y Nacho Padilla, de Biernes con B.

Y la comunicación, llegados a este punto en que está bastante claro el conocimiento teórico y práctico sobre cómo implementar planes de movilidad, infraestructuras ciclistas y políticas de fomento de la cosa, es algo fundamental. ¿Cómo contar la bicicleta como solución de presente y futuro? ¿Cómo enfrentarse a una competencia, el vehículo privado a motor, que maneja presupuestos y canales a los que la movilidad sostenible no puede llegar? ¿Quién puede ayudar a esta misión? ¿Qué responsabilidad tienen los medios? Éstas y otras preguntas circularon por la mesa y la sala. Y éstas fueron algunas de las respuestas.

Pablo León. “La competencia se está apropiando de los mensajes que son propios a la bicicleta. Las marcas de coches se han dado cuenta de que no van a ganar la guerra si siguen hablando de potencia y rapidez y por eso tienden a robar el territorio natural de la bicicleta, el de la ciudad amable. Últimamente he estado en dos presentaciones que así lo demuestran. Un coche que presentaban como ecopremium y otra marca de automóviles que ahora vende bicicletas. De todo esto creo que tenemos algo que aprender, sobre todo de cómo manejan esos mensajes”.

Nacho Padilla. “Donde está la batalla es en el marco. Hay que darse cuenta de quién pone el adjetivo y por qué. Hablamos todo el rato de movilidad y de movilidad sostenible, del mismo modo que se habla de comercio y de comercio justo. Quizá tendría que ser al contrario, deberíamos hablar de movilidad insostenible, como de comercio injusto”.

Rafa Vidella. “No estoy de acuerdo en hablar de amigos y enemigos. No me gusta plantearlo como una guerra, eso a la gente le aburre. Creo que hay que enfocar la energía en mostrar lo bueno de la bici. La gente se está dando cuenta de que el coche es un rollo, que la bici aporta un montón de cosas que el coche no aporta”.

Esther Anaya. “A mí tampoco me gustan las guerras, no me parece que sea un buen planteamiento. Creo que es necesario que la bici no se superponga a otras libertades, que no se de el juicio hecho. Tiene que ser un proceso natural”.

John Adams (profesor de University College de Londres, que intervino como público tras haber dado una interesante ponencia sobre seguridad). “Yo sí creo que hay que plantearlo como una guerra. En los últimos años el coche ha seguido conquistando terreno en todas las ciudades, incluso de Europa. Los accidentes y la tasa de mortalidad por asuntos relacionados con la contaminación no ha dejado de crecer. Tenemos que pararlo”.

Pablo León. “La bici es una herramienta de comunicación perfecta. Ya hay muchas marcas que la están usando por su capacidad para enlazar con lo emocional y eso es una buena estrategia. Y esas marcas que quieran fomentar un tipo de vida saludable y relacionada con la felicidad pueden ser buenas aliadas para comunicar la bicicleta”.

Nacho Padilla. “También tenemos que encontrar alianzas con lo público. Las administraciones se tienen que dar cuenta de que, cuando hagan estrategias sobre movilidad, tienen que destinar buena parte del presupuesto a la comunicación”.

Rafa Vidella. “Con los medios de comunicación grandes es muy difícil conseguir nada. Los que mandan van a lo suyo y no se enteran, no se quieren enterar, de lo que sucede de verdad en las calles. Pero tenemos la fuerza de las redes sociales, tenemos el poder y la capacidad de lanzar mensajes cada uno y de cambiar así las cosas”.

Por supuesto, se dijeron muchas más cosas pero no es fácil ser moderador y taquígrafo al mismo tiempo, así que yo llego hasta aquí con el resumen. El debate, en cambio, continúa. En el próximo Congreso Ibérico la Bici y la Ciudad de Málaga también habrá espacio para hablar de comunicación y aquí abajo en los comentarios podéis proponer y aportar. Comunicar la bicicleta es transformar la ciudad y en eso estamos, ¿no?

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Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

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