Abdalá II llama a convertir los desafíos regionales en oportunidades económicas

El rey jordano, Adbalá II, urgió hoy a lograr que las actuales crisis políticas y los conflictos armados que azotan Oriente Medio se tornen en “oportunidades” para el desarrollo económico y social de la región.

En un discurso durante el Foro Económico Mundial para Oriente Medio y el Norte de África, que arrancó ayer en la costa jordana del mar Muerto, el monarca afirmó que hay “una necesidad de convertir los desafíos en oportunidades”.

“Visualizando nuestra región desde el ángulo de los problemas en lugar del de las soluciones implicará la pérdida de la oportunidad de explotar nuestras enormes capacidades”, dijo.

Abdalá II advirtió de que la actual violencia en la región no debe frustrar el desarrollo económico y subrayó que no permitirá que los conflictos impidan este objetivo.

“No seremos capaces de resolver los problemas en nuestra región hasta que empecemos a construir sobre los puntos de nuestra fortaleza”, agregó el rey jordano, que aprovechó su alocución para instar a un esfuerzo global para alcanzar la paz y la estabilidad en Oriente Medio.

Al respecto, apuntó que para vencer a los que amenazan la paz se requiere “un enfoque universal integral basada en la seguridad, la diplomacia, el desarrollo y el liderazgo ético”.

El monarca explicó a los asistentes al foro económico que su Gobierno presenta en este encuentro proyectos por valor de 18.000 millones de dólares para ser implementados en la próxima década.

La conferencia, que tiene lugar por novena vez en Jordania, se celebra este año bajo el título “Moldeando un marco regional para la prosperidad y la paz a través de la cooperación público-privada”.

Según los organizadores, el tema del foro se centra en la creencia de que tanto los desafíos de seguridad y de incertidumbre macroeconómica que afronta la región de Oriente Medio y el Norte de África deben abordarse simultáneamente.

La agenda incluye temas como el crecimiento, la competitividad, el desempleo juvenil, la energía y las infraestructuras, así como el terrorismo y la grave situación de los refugiados y desplazados en la región.

Participan unos 900 delegados de medio centenar de países, entre ellos jefes de Estado -como el presidente egipcio, Abdelafatah al Sisi, y palestino, Mahmud Abás-, ministros, grandes empresarios y representantes de la sociedad civil y de organizaciones internacionales.