Alemania sólo aumentará las inversiones dentro de la solidez presupuestaria

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, advirtió hoy de que Alemania sólo aumentará las inversiones públicas en el marco de una estabilidad presupuestaria a largo plazo.

“Si nosotros no cumplimos con las reglas europeas difícilmente se lo podemos exigir a otros que pasan por una situación más difícil”, dijo Schäuble en el pleno del Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) para justificar su insistencia en la necesidad de la solidez presupuestaria.

La Cámara, ante la que mañana intervendrá la canciller, Angela Merkel, comenzó hoy el último debate sobre los presupuestos de 2015, los primeros que no contemplan déficit desde 1969.

El titular de Finanzas rechazó en su intervención la idea de que existe un déficit de inversiones en Alemania y celebró que en los nuevos presupuestos los gastos en investigación y desarrollo sean declarados como inversiones.

En el debate en torno a si hay o no un déficit de inversiones en Alemania hay discrepancias dentro de la coalición de gobierno, ya que el socio menor, el Partido Socialdemócrata (SPD), sí considera que hay carencias.

Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como diversos institutos económicos alemanes han puesto de manifiesto ese déficit de inversiones y consideran que es un problema que afecta no sólo a la coyuntura alemana, sino en general a la coyuntura europea y mundial.

El presupuesto federal alemán de 2015 contempla gastos por valor de 299.100 millones de euros e inversiones por valor de 26.453 millones de euros.

Tras llegar el proyecto al Parlamento, Schäuble anunció que las previsiones de recaudación fiscal permiten realizar inversiones adicionales por valor de 10.000 millones de euros entre 2016 y 2019.

En 2015, las inversiones en investigación aumentarán en 3.000 millones de euros y en infraestructura de transportes en 5.000 millones de euros.

El presupuesto con déficit cero será aprobado previsiblemente el viernes, según la agenda parlamentaria.

A mediano plazo, el objetivo es reducir la deuda por debajo del 70 % del producto interior bruto (PIB) a finales de 2017 y en el curso de los próximos 10 años ponerla por debajo del 60 %.