Eurocámara rechaza el acuerdo intergubernamental para el fondo de resolución

Los negociadores de la Eurocámara para la creación de un mecanismo único de liquidación bancaria rechazaron hoy de nuevo que se establezca el fondo único mediante un tratado intergubernamental y reiteraron su oposición al acuerdo general del Consejo, al considerar que no respeta los principios claves.

Los eurodiputados participan hoy en una reunión intergubernamental que aborda los detalles del fondo único de liquidación bancaria, que se establecerá para garantizar una resolución lo más ordenada posible desde el punto de vista de los aspectos financieros.

En esta reunión, la Eurocámara subrayará “los peligros de la posición de los Estados miembros y explicarán un modelo alternativo”, que consiste en “no ir fuera del Tratado”, recordaron a Efe fuentes del Parlamento Europeo (PE).

En el encuentro de hoy con representantes de los Estados miembros los eurodiputados quieren sobre todo saber claramente las razones por las que los países consideran imposible crear el fondo dentro de los tratados y cómo creen que funcionará el cortafuegos, cuyos detalles los países quieren establecer más adelante.

“No podemos negociar sin saber si habrá un cortafuegos creíble”, señalaron las fuentes, que abogan claramente por una línea de crédito a través del presupuesto de la Unión Europea (UE) o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y que “se establezca ya desde el principio y no al final del proceso o en 10 años”.

El fondo común se nutrirá de contribuciones anuales de 5.500 millones de euros a lo largo de diez años a cargo de la banca y hasta que esté lleno (unos 55.000 millones en 2026), estará dividido en compartimentos nacionales que podrán acceder gradualmente al capital común al ritmo del 10 % anual.

Durante esa fase, si hay quiebras y el fondo aún no dispone de suficiente dinero, la “red de seguridad” consistirá en financiación puente de recursos nacionales, respaldados por las contribuciones de la banca, o en créditos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) como hizo España, lo que supondrá también aceptar condiciones a cambio del crédito.

El cortafuegos será el propio fondo, que además podrá acudir a los mercados y endeudarse con garantías de los Estados.

La banca tendrá que reembolsar con contribuciones adicionales los préstamos.

Para que los países puedan prestarse entre sí y transferir las contribuciones al fondo único, habrá que negociar -hasta el 1 de marzo de 2014- un tratado intergubernamental, una exigencia de Berlín ante la falta de posibilidad de cambiar los Tratados, pero que no gusta a la Eurocámara.

“Nuestro mandato no prevé ninguna necesidad de un acuerdo intergubernamental para formular los detalles del funcionamiento del fondo único de resolución”, señalaron los negociadores, y reiteraron su postura de que “todos los bancos tienen que ser tratados igual, con independencia del país donde tienen su sede”, y que el mecanismo “tiene que ser creíble y eficiente”.

En opinión de la Eurocámara, estos principios centrales “están en peligro en el acuerdo general del Consejo sobre la regulación del mecanismo único de resolución, incluyendo el acuerdo intergubernamental”.

Por otro lado, el presidente del Grupo Socialista, el austríaco Hannes Swoboda, destacó en un comunicado que si la Eurocámara tiene que elegir entre “un acuerdo malo o ninguno” con el Consejo, “elegiremos (los socialistas) lo segundo”.

“Un acuerdo malo sería peor a largo plazo”, señaló el político, para quien el fondo tal y como está planteado ahora sería ineficiente e innecesariamente complejo“.

La próxima semana habrá otra reunión a tres bandas entre la Eurocámara, el Consejo y la Comisión Europea (CE), pero las fuentes parlamentarias consultadas advirtieron de que no pueden garantizar un calendario a más largo plazo si no reciben información detallada sobre el razonamiento de los países y las posiciones no se acercan.