El tren Madrid-Yiwu quiere limar el desfase entre importaciones y exportaciones

La conexión ferroviaria Madrid-Yiwu (China), la más larga del mundo, que acaba de cumplir dos años, aspira a reducir el sensible desequilibrio entre los contenedores que salen de España hacia China y los que llegan desde el país asiático, que son 17 veces más numerosos.

Desde su inauguración de la línea el 18 de noviembre de 2014 -fecha en la que partió el primer convoy desde Yiwu con destino a Madrid- hasta el pasado 20 de octubre, el tren ha realizado 87 trayectos y ha transportado 6.510 contenedores.

De ellos, 6.144 partieron de Yiwu a Madrid, mientras que solo 366 contenedores lo hicieron en sentido inverso.

En declaraciones a Efe, el presidente de la Fundación para el Intercambio entre Yiwu y España (Fiye), Mao Wenjin, ha explicado que esta “enorme diferencia” se debe a que “el tren en un gran desconocido entre las empresas españolas”.

Fuentes de Fiye reconocen que al tren le falta promoción, aunque no pierden la esperanza de convertirlo en una ruta de referencia.

“La gran ventaja del tren respecto al barco es que ofrece la mejor relación tiempo-precio”, explica Wenjin.

El envío por barco tarda entre 28 y 35 días y cuesta 1.600 dólares (1.484 euros), mientras que en avión el tiempo se reduce a entre cinco y siete días y el coste asciende a 8.000 dólares (7.435 euros).

Las frecuencias son de un tren cada 2 o 3 semanas -en función de la demanda-, hacia Yiwu frente al tren semanal que llega a Madrid.

“En este momento hay dificultades para llenar los trenes en España”, señala Mao, quien explica que la línea y los centros logísticos de recepción por los que pasa tienen problemas técnicos que eternizan los viajes.

Según Timex, la empresa gestora de la línea, la limitación a un máximo de 30 contenedores en territorio español genera “un gran problema”, porque algunos deben quedarse en centros logísticos de Europa para que el tren pueda seguir circulando por España.

Timex ve “más lógico” el máximo de 43 contenedores por tren permitido en el resto de la Unión Europea (UE).

Otro contratiempo para Wenjing es Francia, donde “hay muchas huelgas de maquinistas y no se prioriza el paso del tren a España”.

El tren tarda cuatro días entre Duisburgo (Alemania) y Madrid, frente a los tres días que emplea en cruzar China de este a oeste (Yiwu está cerca de Shanghai).

Por ahora, desde Yiwu se importan productos de uso cotidiano para bazares, piezas de aerogeneradores, calzado y productos electrónicos.

En declaraciones a Efe, Sebastián Bernardo, director general de Kerry Logistics -multinacional logística que factura 2.500 millones de euros anuales-, ha concretado que su empresa ha importado cerca de 100 contenedores este año, “sobre todo ropa”.

En sentido inverso, se exporta vino, aceite, galletas, aperitivos, celdas para placas solares, piezas de lavadora, utensilios de cocina, aceros especiales y productos industriales.

Según Santiago Vivanco, copropietario de Bodegas Vivanco, su empresa ha enviado más de diez contenedores a Yiwu con cerca de 400.000 botellas de vino y va a expedir otros ocho antes de final de año con otras 250.000.

En el caso del vino y el aceite, los exportadores deben colocar embalajes isotérmicos para evitar que las mercancías se congelen a su paso por Rusia en los meses de invierno, un problema que Timex espera solucionar pronto.

Ambos empresarios coinciden en señalar las ventajas en tiempo y coste del tren, pero creen que las frecuencias son pocas.

Bernardo va más allá y explica que Zaragoza, y no Madrid, debería ser la ciudad final del trayecto, al ser “el cruce caminos idóneo entre País Vasco, Cataluña y Comunidad Valencia”.

“A veces compensa más llevar las mercancías a Hamburgo en camión para luego incorporarlas al tren que llevarlas a Madrid”, se lamenta Bernardo.

La línea Madrid-Yiwu recorre 13.052 kilómetros y cruza ochos países -China, Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España-, lo que la convierte en la más larga del mundo y en el tren con mayor número de conductores.