La OPAQ nombra como director general al diplomático español Fernando Arias

El Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) decidió hoy proponer al embajador de España en Holanda, Fernando Arias González, como próximo director general de la organización, cuyo nombramiento será ratificado por la Asamblea de Estados Partes en noviembre.

El Consejo Ejecutivo de la OPAQ, que normalmente toma sus decisiones por consenso, llegó a esta decisión después de que siete países presentaran a sus candidatos: Dinamarca, Hungría, Lituania, Burkina Faso, España, Corea del Sur e Irak.

España comenzó una campaña en marzo que fue “larga, rigurosa y dura”, explicó el propio Arias en una entrevista con Efe, para la cual el diplomático viajó a países como China, Rusia, Estados Unidos o Irán, donde explicó su visión de futuro sobre la organización.

“Las embajadas de España en el extranjero también tuvieron una actividad en distintas capitales, explicando que nuestra candidatura era muy fuerte y pidiendo el voto”, indicó el diplomático.

La OPAQ, que se creó en 1997 y ganó el Premio Nobel de la Paz en 2013, tiene como misión la eliminación de todo tipo de armas químicas en el mundo.

El organismo necesitó tres rondas de votaciones, a diferencia de las cinco que celebró en 2009, para proponer a Arias González como su nuevo director general. El candidato de Corea del Sur quedó segundo y el danés, tercero.

Una de los grandes desafíos a los que se enfrentará Arias será la situación en Siria, en donde el último año se han producido 45 incidentes con armas químicas, según datos de la propia OPAQ.

“Es el reto de mayor importancia para la organización al que pienso dedicar muchísimo tiempo. Lo conozco ya bastante bien”, dijo el diplomático, que hace cinco meses ya fue nombrado vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la institución con sede en La Haya.

Arias González expresó su deseo de que “la guerra termine pronto”, aunque reconoció que los intereses opuestos de las potencias implicadas hacen “más compleja” la situación.

“La OPAQ mantiene contactos estrechos con las autoridades sirias y envía misiones para investigar cada vez que hay un caso en el que alguien haya alegado un posible uso de armas químicas”, explicó.

Esos posibles ataques deben ser investigados sea quien sea su posible autor, “porque no hay que olvidar que en Siria hay terroristas que están usando armas químicas”, añadió.

La rapidez y la alerta constante es una de las claves en la acción de la OPAQ. “Hace menos de un año sacamos de Libia toneladas de productos químicos peligrosos” que podían ser utilizados “para hacer armas”, explicó Arias.

“Lo hicimos con urgencia” y en colaboración con algunos países “por temor” a que pudieran caer en manos de miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) “que estaban a sesenta kilómetros” de donde se encontraban dichas sustancias, dijo el diplomático.

Otro reto de la OPAQ será la universalización de la Convención sobre Armas Químicas, ratificado por 192 estados y al que aún no se han sumado cuatro: Corea del Norte, Israel, Sudán del Sur y Egipto.

Arias explicó que Sudán del Sur está “en trámites” de adherirse a la convención, y que “mantendrá el contacto” con los otros tres países para que “ellos mismos” se den cuenta de que “les interesa pertenecer a la organización”.

Por otro lado, el futuro director general de la OPAQ calificó de “gran éxito” la destrucción de todo el arsenal químico declarado de Rusia, anunciado por la institución hace dos semanas, e indicó que “Estados Unidos está avanzando con gran rapidez” por el mismo camino.

“Todavía hay una planta en Colorado y otra en Kentucky”, pero éstas “no deben constituir una gran preocupación” debido a que la destrucción del arsenal químico declarado por Washington llevará “aproximadamente unos dos años”, concluyó.

El mandato de Arias al frente de la OPAQ será de cuatro años, con posibilidad a una reelección del mismo periodo, y se formalizará en la próxima Asamblea de Estados Partes, que se celebrará en La Haya entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre.

El diplomático español sucederá al turco Ahmet Uzumcu, que llevaba ocho años en el cargo.