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Obtener energía de los movimientos de los mares: ¿una solución para el futuro?

Pruebas de un generador de electricidad con las olas en Gran Canaria.

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  • Francia lleva la delantera mundial en energía mareomatriz gracias a la central de la Rance, que opera desde hace más de medio siglo. En España destaca el proyecto Magallanes en Galicia

Las energías renovables son un elemento clave para alcanzar un mundo ecológicamente sostenible. Por ejemplo, el desarrollo tecnológico de los paneles fotovoltaicos ha hecho que sean una alternativa sólida y económica. Pero, ¿qué ocurre con el desarrollo de otras soluciones que se nutren del medio natural? Es el caso de la energía mareomatriz, aún en fase incipiente de desarrollo, pero que podría consolidar una alternativa de futuro.

Este método consiste en aprovechar el movimiento natural del agua del mar para producir electricidad. Necesita de una gran infraestructura, la central mareomotriz, que cuenta con un embalse y sus correspondientes compuertas como dique, equipadas con turbinas.

Funciona de la siguiente forma: si sube la marea, las compuertas se abren para que entre el agua. Cuando alcanza el tope, el dique se cierra hasta que la marea baje. Una vez esto ocurre, el agua vuelva a pasar hacia el otro a través de unas turbinas, que son las encargas de generar la carga eléctrica. Estos procesos se denominan flujo y reflujo, respectivamente. En cualquier caso, para que sea rentable con el desarrollo actual de esta tecnología, es necesario que haya importantes desniveles -al menos de cinco metros- entre las mares baja y alta.

La mejor parte es que los movimientos de las mareas son fácilmente predecibles e inagotables: por mucho que se usen, nunca se acabarán. Otro aspecto positivo es la ausencia de externalidades negativas, como podría ser la generación de residuos. Pero en el lado negativo del balance está la ya mencionada rentabilidad de estos proyectos: suponen una gran inversión económica que reporta una productividad muy limitada en lugares con características geográficas muy concretas. Y, claro, la intervención del ecosistema marino es condición necesaria.

Paco Ramos, integrante de la Comisión de Energía y Contaminación de Ecologistas en Acción, explica que el escaso avance se da porque “hay enormes dificultades, como tener que trabajar sobre un medio agresivo como es el mar o que las condiciones del terreno tengan que ser bastante particulares”. “Tiene que tener mareas bastante más altas que las que hay en España, así que aquí no parece que vaya a haber gran cosa por ahora”, agrega.

Así, pese a que “el aprovechamiento de las mareas es muy antiguo, como es el caso de los molinos de mareas”, este necesita de grandes espacios para desarrollar sus infraestructuras. “Está todo a nivel experimental, apenas hay proyectos respecto a la mareomotriz, aunque hay algo más a nivel de aprovechar la energía de las olas”, sostiene. Para este ecologista, el principal problema es la construcción de grandes maquinarias para “una rentabilidad reducida, mientras la fotovoltaica o incluso la eólica marina tienen una expectativa mayor”.

En el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) explican que “estos impactos se pueden minimizar o evitar con la selección de ubicaciones previas, donde no se afecten a áreas con especial protección medioambiental o a otros usos marítimos”. Desde este organismo público detallan que “el estudio de esta materia ha aumentado significativamente en los últimos años” por lo que, aseguran, esta industria tiene un doble objetivo, “desarrollar una energía renovable, limpia y autóctona manteniendo a la vez la salud de los ecosistemas marinos”.

Desde este ente, explican también que “las tecnologías que aprovechan las distintas fuentes energéticas derivadas del mar, quizás las tecnologías de corrientes de marea son las que han comenzado a converger en un diseño común”, gracias las turbinas de eje horizontal. Por ello, celebran, “están empezando a alcanzar un cierto grado de madurez e implementación”.

“Un embalse que retenga las mareas de la playa es muy grande, y en las zonas costeras son grandes recursos para otros utilizaciones, aparte del valor natural. El impacto ambiental es muy grande hoy por hoy”, incide Ramos por su parte.

La energía marítima se duplica en una década

Según el último informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables, el desarrollo de la energía marítima se ha duplicado en todo el mundo en prácticamente una década. Pero las cifras son tímidas por ahora. En 2018 la capacidad total de estas plantas era de 524 megavatios, frente a los 245 de 2009. En el mismo periodo, la producción pasó de 496 a 1041 gigavatios a la hora.

En esa cifra está también incluida la energía undimotriz, que es la procedente de las olas. “España posee un importante potencial energético marino, en nuestro caso por las características de nuestra costa”, subrayan en el IDAE. Y es que la energía mareomotriz -como la mayoría del resto de soluciones relacionadas con el ámbito marítimo- se encuentran en fase de I+D. “Aunque ya existen algún prototipo en fase pre-comercial, todavía no han alcanzado su diseño óptimo para pasar a la fase comercial, en comparación con otras tecnologías renovables como la fotovoltaica o eólica”, agregan sobre la situación de esta industria a nivel nacional.

De este modo, los altos costes de producción se deben a que “los proyectos existentes están en fase de demostración, una vez definida la mejor tecnología de captación de la energía del mar, su despliegue comercial permitirá a la tecnología recorrer su curva de aprendizaje de reducción de costes”.

Francia es quien lleva la delantera mundial en lo que a energía mareomatriz se refiere, gracias a la central de la Rance, que opera desde hace más de medio siglo. En España destaca, por ejemplo, el proyecto Magallanes en Redondela, Galicia. “Es el único proyecto español en fase avanzada de desarrollo que investiga la generación eléctrica a partir de las corrientes de marea”, comentan fuentes del IDAE. “El prototipo a escala real de 2 MW de potencia se está probando en el Centro Europeo de Energías Marinas (EMEC) en Escocia, está conectado a red y vertiendo energía”.

El Gobierno de Canarias ya ha mostrado su interés en esta fuente de energía. El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena, ha comenta las posibilidades que ofrece este tipo de energía para “generar crecimiento y empleo en las islas, sustentado en un modelo sostenible y respaldado por la investigación y el desarrollo tecnológico”.

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