Protestas en Taiwán contra la importación de cerdo con ractopamina de EEUU

Cientos de criadores de cerdos taiwaneses protestaron hoy frente al Parlamento contra la prevista apertura a la importación de cerdo estadounidense con sustancias adelgazantes, mientras en el interior del edificio el opositor Partido Kuomintang (KMT) bloqueó un informe del primer ministro, Lin Chuan.

Los legisladores del KMT, con pancartas y con un cerdo gigante de plástico, ocuparon la tribuna de la cámara legislativa y bloquearon el primer informe del nuevo primer ministro, que tomó posesión el 20 de mayo con la llegada al poder de la presidenta Tsai Ing-wen, del independentista Partido Demócrata progresista (PDP).

Fuera del parlamento se enfrentaron policías con manifestantes que intentaban entrar en el edificio para protestar ante el primer ministro.

Los legisladores del KMT exigieron a Lin que, antes de dar su informe, firmase un documento prometiendo no importar carne de cerdo con sustancias tóxicas ni otro tipo de alimentos de zonas afectadas por la radiación nuclear, como es el caso de los alrededores de Fukushima, en Japón.

El nuevo gobierno, interesado en el apoyo de Estados Unidos para ingresar en el Acuerdo Transpacífico (TPP, siglas en inglés), no ha descartado la importación de porcino estadounidense con pequeñas cantidades de ractopamina, una sustancia adelgazante aprobada en Estados Unidos pero prohibida en la Unión Europea y otros lugares.

Al grito de “prohibir la importación de porcino tóxico”, los legisladores apoyaron a los productores de carne porcina de la isla, mientras fuera se coreaban consignas como “El PDP es un traidor”, “No queremos carne dañina” y “Nos oponemos a la importación de carne venenosa”.

Ante la ocupación de la tribuna parlamentaria, el primer ministro salió de la cámara por la puerta lateral, protegido por los legisladores de su partido, que suponen mayoría absoluta en el parlamento, y evitó a los manifestantes en la calle.

El nuevo gobierno taiwanés, que recibe intensas amenazas económicas y diplomáticas de Pekín para que acepte que la isla es parte de China, ha lanzado una campaña de acercamiento a Estados Unidos y Japón con el propósito de resistir así mejor las presiones chinas.