El conflicto antiminero del sur de Perú se agudiza con una nueva víctima mortal

Las protestas de los campesinos del sur de Perú contra el proyecto cuprífero Tía María, propiedad de la minera mexicana Southern Copper, se cobraron hoy su segunda víctima mortal al cumplirse 42 días de paro indefinido en la provincia de Islay, medida que el Gobierno peruano pide que se levante para dialogar.

El ministro peruano del Interior, Jose Luis Pérez Guadalupe, informó hoy en conferencia de prensa de que un enfrentamiento entre los manifestantes y la policía terminó pasada la medianoche con un muerto y dos heridos en la ciudad de Mollendo, también en la provincia de Islay, en la región de Arequipa.

Los enfrentamientos violentos proliferaron en la provincia durante las dos últimas semanas y ya se cobraron otra víctima mortal en abril, fallecida por disparos de la policía, según admitió Pérez Guadalupe, quien dijo que el saldo de policías heridos es actualmente de 140 agentes desde el inicio del paro.

“Por enésima vez, quiero reiterar el llamado del Gobierno al diálogo y a la paz desde que comenzaron las manifestaciones”, afirmó Pérez Guadalupe.

Las conversaciones entre el Gobierno peruano y las autoridades locales de Islay se encuentran paralizadas después de que se suspendiera una reunión prevista para la semana pasada porque los dirigentes civiles se opusieron a negociar con los congresistas por Arequipa.

El ministro peruano de Agricultura y Riego, Juan Manuel Benites, aseguró el domingo que el diálogo no se reanudará mientras se mantenga el paro indefinido, “una condición que no es negociable”, según puntualizó.

El presidente de la Junta de Usuarios del distrito de Riego del Tambo y portavoz de la protesta, Jesús Cornejo, aseguró hoy a Efe que la población de Mollendo “salió hoy más agresiva tras conocer la muerte de su 'hermano'”.

Cornejo explicó que la muerte del manifestante se produjo cuando Mollendo, que reúne a la mitad de los habitantes de Islay, iniciaba un paro indefinido para apoyar a los campesinos del valle del Tambo, donde se encuentra aproximadamente la otra mitad de la población de la provincia.

También continúan las movilizaciones en otros municipios de la provincia como Cocachacra y Deán Valdivia, donde en los días anteriores se registraron incidentes.

El dirigente de la protesta afirmó que el Gobierno quiere “confundir” a la población y afirmó que los antimineros están abiertos al diálogo, por lo que acusó al Ejecutivo de ser la parte reticente a conversar.

“Antes de que el pueblo convoque las medidas de fuerza, hemos pedido el diálogo al Gobierno en reiteradas ocasiones. Creo que es un pretexto de ellos para quizás no hacerse responsables del mal manejo que tienen del problema. (...) Están tomando la estrategia del cansancio. Quieren cansar y agotar al pueblo”, dijo Cornejo.

Los campesinos consideran que la actividad minera perjudicará a la agricultura de la zona, por lo que mantienen una firme oposición al proyecto Tía María y en año 2011 ya se registró otro capítulo de protestas que se saldó con tres fallecidos cuando reclamaban la invalidez del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la obra.

La minera Southern Copper, filial del Grupo México, anunció el pasado 27 de marzo que seguirá desarrollando el proyecto, horas después de que su portavoz oficial en Perú anunciara su cancelación por lo que definió como “terrorismo antiminero”.

Southern contempla la inversión de unos 1.200 millones de dólares para la construcción de Tía María, cuya producción estimada es de 120.000 toneladas métricas anuales de cátodos de cobre a partir del inicio de sus operaciones, sin fecha definida a causa de las protestas.

La minería es el principal sector económico de Perú, en cuya proyección del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre crecimiento para el año 2015, fijado entre un 3,5 y 4,5 %, no están incluidos proyectos como el de Tía María.